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Eagles vuelan al SBLII

Marca | 21 Enero 2018 | 20:18
La temporada de cuento de hadas de los Vikings de Minnesota terminó con lo opuesto a un final feliz. A tan solo un partido de ser el primer equipo en jugar el Super Bowl en casa, los Vikings eran los favoritos en la final de la Conferencia Nacional, pero los Eagles de Filadelfia les pasaron por encima 38-7 y serán los de la Ciudad del Amor Fraterno los que jueguen ante Nueva Inglaterra en dos semanas en la casa de los Vikings. 'El Milagro de Minnesota' de la semana pasada daba la sensación de poner Minnesota como 'el equipo del destino', pero el touchdown de Stefon Diggs se quedará simplemente en una anécdota, ya que la derrota ante Filadelfia es la última gran herida para los fans de los Vikings, uniéndose a Darrin Nelson, Gary Anderson, Brett Favre y Blair Walsh. Aunque sea difícil de creer viendo el marcador final, Minnesota dominó el arranque del partido.
 
Una espectacular primera serie terminó en las diagonales en un pase perfecto de Case Keenum con Kyle Rudolph. La teoría del 'equipo del destino' ganaba adeptos al forzar un rápido despeje de Filadelfia, y un silencio incómodo rodeaba a los fanáticos de los Eagles, bastante curtidos en las artes de las derrotas difíciles de digerir. Pero todo cambió en un golpe. Chris Long, el veterano ala defensiva, dobló la esquina y le tocó el brazo a Keenum cuando el quarterback estaba lanzando. Salió una paloma moribunda que interceptó Patrick Robinson, quien mostró mucha disciplina al seguir a sus bloqueos, cruzar el campo de banca a banca y terminó en la zona de anotación.
 
A partir de ahí, todo para Filadelfia. Tras forzar un despeje, los pases cortos en RPO's (run-pass options, jugadas de lectura con opción de correr o lanzar) dejaron a los Eagles en zona roja y LeGarrette Blount llevó el balón a la zona de anotación para tomar la delantera. En la recta final de la primera mitad, Minnesota iba en camino a empatar el partido, pero el novato Derek Barnett le quitó el balón a Keenum en la zona roja, encendiendo la mecha que generó un cambio de 24 puntos: los posibles siete que dejó Minnesota y los 17 que anotaría Filadelfia en sus siguientes tres series, comenzando en un pase de 53 yardas de Foles con Alshon Jeffery. 40 segundos después, Filadelfia estaba de nuevo a la ofensiva. Estaban en su yarda 20 y tenían 29 segundos antes del descanso, señales que apuntaban a que el 21-7 no se movería más. Un margen amplio pero todavía manejable, pero Zach Ertz se escapó 36 yardas, Ajayi tuvo dos buenas ganancias por pase y Jake Elliott agregó un gol de campo para el 24-7. Tres anotaciones, mucho más complicado y, para empeorar el panorama para Minnesota, Filadelfia recibió en la segunda mitad, en la que también anotaron en una flea-flicker entre Nick Foles, Jay Ajayi y Torrey Smith.
 
Así se pasa de un posible empate a ir 31-7 en menos de 10 minutos de juego. Minnesota entregó el balón en downs en sus dos siguientes series, Filadelfia agregó otro touchdown entre esas dos series y los últimos minutos, salvo par de conatos de bronca por frustración de los visitantes, pasaron sin pena ni gloria para decretar el triunfo de Filadelfia, que por tercera ocasión va al Super Bowl, en donde buscarán su primer anillo ante el equipo que los venció en la edición XXXIX en Jacksonville.
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