Ni la casa cementera ni la auriazul. Hoy, ambas aficiones llegaron a un lugar desconocido, pero a pesar de que Pumas se instaló como local, Cruz Azul también se sintió cómodo y como en casa en el Estadio La Corregidora.
Si bien el acceso de ambos grupos de animación fue tranquilo y sin pormenores, ya dentro de las tribunas y una vez empezado el juego, un grupo de seguidores dieron inicio a una discusión que terminó en golpes y empujones; varios fueron retirados, pero por al menos 10 minutos, el conato de bronca no se terminó.
La policía fue insuficiente, pues a pesar de que muchos fueron detenidos y ya los llevaban por los pasillos, los demás salieron para volverlos a meter y "arrebatárselos" a los elementos de seguridad que buscaron de nuevo en las tribunas y lograron detener a uno.
ACCESO CELESTE TRANQUILO
Los cementeros llegaron en seis camiones, todos ellos fueron colocados en un sector que estaba rodeado con una reja y plástico azul, simulando una especie de burbuja con la protección de elementos de seguridad de la Policía Estatal y Municipal. Ahí, cada uno de los integrantes de la porra de La Máquina fue inspeccionado y los policías se encargaron de hacerles unas recomendaciones de conducta.
La pasividad del operativo se alteró un poco cuando un camión con aficionados felinos se paró justo enfrente del "búnker" y comenzaron a gritar y provocar a los celestes que de inmediato respondieron, pero eso sí, no hubo ningún tipo de acercamiento gracias a la labor de los miembros de seguridad.
