El caso de tres húngaros traídos a Estados Unidos por compatriotas suyos que los forzaron a prostituirse, y otro en el que tres hombres raptaron a una joven con el mismo fin, son algunos de los crecientes casos de tráfico de personas en Florida.
Según datos del Departamento de Niños y Familias de Florida, se registraron cerca de mil 900 denuncias de trata de personas en todo el estado en 2016, 54 por ciento más que el año anterior.
Sin embargo, cifras del Proyecto Polaris en Washington, la capital estadunidense, que registra llamadas en una línea de emergencia nacional sobre tráfico humano, indican que Florida registró siete mil 500 llamadas, el mayor número en todo el país, para reportar casos en 2016.
Esa cifra representó un aumento respecto a las cinco mil 526 llamadas de 2015, sólo detrás de California y Texas.
En un caso inédito, las autoridades del condado Polk, en el centro de Florida, anunciaron en diciembre pasado el arresto de 114 personas en el operativo contra la trata de personas y la prostitución “No So Silent Night”, que duró seis días, en el que rescataron a cuatro posibles víctimas.
A principios de este mes, los ciudadanos húngaros Gabor Acs y Viktor Berki fueron declarados culpables de tráfico de personas, conspiración y extorsión contra tres jóvenes varones que fueron obligados a prostituirse durante meses entre Nueva York y Miami Beach.
Este caso demuestra que la trata tiene nivel internacional, pues los acusados contrataban jóvenes pobres en Hungría con promesas falsas, y luego los hacian trabajar en su negocio de prostitución bajo amenazas.
Otro hombre, el cabecilla de la banda, e identificado como Andras Janos Vass, fue condenado a 11 años de cárcel en 2015.
Un incidente más se reportó a princpios de este mes en Boyton Beach, unos 150 kilómetros al norte de Miami, cuando tres hombres armados entraron a una casa y secuestraron a una joven de 19 años, según la policía.
Un anuncio aparecido más tarde en el sitio web Backpage.com ofrecía mantener relaciones sexuales con la víctima, quien fue rescatada por un policía encubierto al concertar una cita por 200 dólares, y los hombres fueron arrestados.
Uno de los hombres habría confesado a la policía que era un proxeneta y que habían ido a la casa de Boynton Beach por la mujer.
La policía dijo que este tipo de actos violentos son menos comunes que otros en los que los traficantes usan la persuasión y la amabilidad para ganar la confianza de las víctimas.
Las autoridades agregan que la popularidad del sur de Florida entre turistas y poblaciones transitorias contribuyen a que sea un objetivo para el crimen.
Los defensores de las víctimas califican a la trata de seres humanos como una forma de esclavitud moderna.
Sheila Gómez, directora de Caridades Católicas de la Diócesis del condado de Palm Beach, afirma que el tráfico humano puede estar pasando frente a los ojos del público “y uno probablemente no lo reconozca”.
Varios hospitales de Florida, incluido el Jackson Memorial de Miami, han solicitado que los trabajadores de salud reciban algún tipo de entrenamiento para identificar y atender a las víctimas de tráfico humano.
De igual modo, un grupo llamado Embajadores de Aerolíneas está presionando para que los asistentes de vuelo sean entrenados para detectar signos del delito.
A principios de este mes, una azafata de Alaska Airlines, Sheila Frederick, notó que una adolescente de 14 o 15 años, asustada, viajaba con un hombre mayor, y con su auxilio dejó una nota en el baño del avión para pedir ayuda, lo que permitió a la policía detener al hombre al aterrizar en la terminal de San Francisco.
.gif)
