El presidente de Argentina, Mauricio Macri, reconoció que hubo “errores” en la forma en que se negoció un acuerdo sobre la millonaria deuda que una empresa de su familia tiene con el Estado, y que provocó un escándalo y crisis política para su gobierno.
“No previmos un mecanismo de difusión de lo que estábamos haciendo”, afirmó el presidente en una rueda de prensa en la que enfrentó por primera vez los cuestionamientos por el acuerdo que una fiscal calificó de “abusivo”, “desleal”, “irrazonable” y “ruinoso”.
La conferencia se asemejó más a un mensaje a la nación, ya que Macri se dirigió de manera directa a los ciudadanos, en medio de los crecientes cuestionamientos sobre la negociación que ya provocó el inicio de una causa penal en su contra.
El presidente recordó que su relación con la sociedad está basada en la confianza, por lo que decidió recomenzar las negociaciones del acuerdo para que sea transparente y avalado por la justicia.
“Se dijeron muchas cosas en los últimos días, muchas que no son verdad, muchas con mala intención, pero ya estamos en año electoral. Tengo que reconocer que faltó algo de mi parte”, afirmó.
Macri defendió a su ministro de Comunicaciones, Óscar Aguad, responsable de haber firmado el polémico acuerdo, y reveló que lo instruyó “para volver a foja cero, porque no hay un hecho consolidado, no se condonó, no se pagó, no se cobró nada”.
Precisó que ahora le pedirá al Congreso que la Auditoría General de la Nación audite la oferta de pago del Grupo Macri y, por otra parte, que expertos de la Cámara Federal realicen una nueva propuesta para terminar con el tema.
“No participé en nada de lo que llevó a cabo el ministro por obvias razones, quiero estar alejado de cualquier mala interpretación de que yo utilicé mi cargo en beneficio de nadie. Dejemos que la justicia decida este largo pleito que los que gobernaron antes no resolvieron, perjudicándonos a todos”, dijo.
El caso que desató sospechas de corrupción data de los años 90, cuando el emporio empresarial conducido por el padre del presidente, Franco Macri, obtuvo la concesión del Correo Argentino, pero en 2001 comenzó a arrastrar una deuda con el Estado de 300 millones de pesos argentinos, equivalentes entonces a 300 millones de dólares.
Macri padre nunca pagó esa deuda y, además, en 2003 demandó al Estado por la reestatización del Correo decretada por el fallecido expresidente Néstor Kirchner, litigio que todavía no se resuelve.
En junio pasado, seis meses después de que Macri hijo asumiera la presidencia, su gobierno aceptó que el Grupo Macri, formado ahora por los hermanos e hijos del mandatario, pagará 300 millones de pesos por el capital de la deuda, más 300 millones de pesos de intereses, pero nada de eso se informó públicamente.
La fiscal Gabriela Boquín consideró que esta cifra, equivalente a unos 37 millones de dólares, es una condonación, no un pago, ya que en realidad implica una rebaja del 98.8 por ciento de la deuda original, dado el tiempo transcurrido.
Un análisis técnico ordenado por la fiscal concluyó que, en realidad, la deuda actualizada equivale a cuatro mil 277 millones de pesos argentinos (unos 285 millones de dólares) y que sube hasta los 70 mil millones de pesos, porque ese sería el monto en 2033, año en el que se pagaría la última cuota acordada.
La gravedad del caso aumenta porque el Grupo Macri tiene una demanda paralela de unos dos mil 500 millones de pesos argentinos en contra del Estado, por los perjuicios que, según la empresa, le acarreó la estatización del Correo.
Si los hermanos y los hijos de Macri ganan el juicio, les alcanza y sobra para cubrir la deuda que negociaron con el gobierno, o sea que le “pagará” al Estado con lo que le quitará al Estado y aún así obtendrán ganancias.
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