Papa condena abusos sexuales a menores en prólogo a libro de víctima

2017-02-13 | 11:37 | Notimex

En un gesto inédito, el Papa Francisco decidió escribir el prólogo a un libro que recoge el testimonio de una víctima de abusos sexuales contra menores, pidió perdón y condenó de nuevo los ataques perpetrados por clérigos católicos.

Lo perdono, padre es el título del volúmen del escritor francés Daniel Pittet, que salió este lunes a la venta en diversos países europeos y relata, en primera persona, el calvario sufrido por el autor como consecuencia de los abusos por parte de un religioso.

El libro concluye con una entrevista al religioso responsable de los ataques, con quien Pittet se reunió después de 40 años.

“Se trata de una monstruosidad absoluta, de un pecado horrendo, radicalmente en contra de todo lo que Cristo nos enseña”, indicó el líder católico.

“Nuestra Iglesia (...) debe cuidar y proteger con afecto particular a los más débiles e indefensos. (Es) nuestro deber dar prueba de severidad extrema con los sacerdotes que traicionan su misión, y con su jerarquía, obispos o cardenales, que los hubieran protegido, como ya ha sucedido en el pasado”, agregó.

Reconoció que los traumas provocados por los abusos “persisten a distancia de años” y para las víctimas es difícil contar lo que sufrieron, por eso calificó el relato de la historia de Pittet como “necesario, precioso y valiente”.

El Papa conoció al autor en 2015, durante un encuentro en el Vaticano con motivo del Año de la Vida Consagrada. Cuando lo vio jamás se imaginó que era una víctima, hasta que el escritor le contó la verdad.

Reveló que aquel encuentro le afectó mucho porque pudo comprobar, una vez más, los “daños espantosos” provocados por los abusos, el “doloroso camino” que espera a las víctimas y hasta qué punto el mal puede entrar al corazón de un servidor de la Iglesia.

“¿Cómo puede un sacerdote, al servicio de Cristo y de su Iglesia, llegar a provocar tanto mal? ¿Cómo puede haber consagrado su vida para conducir a los niños a Dios, y acabar, en cambio, devorándolos en eso que he llamado ‘un sacrificio diabólico’, que destruye tanto a la víctima como la vida de la Iglesia?”, se cuestionó.

“Algunas víctimas han llegado hasta el suicidio. Estos muertos pesan en mi corazón, en mi conciencia y en la de toda la Iglesia. A sus familias ofrezco mis sentimientos de amor y de dolor y, humildemente, pido perdón”, precisó.

Más adelante Francisco destacó el gesto de Pittet, quien decidió mirar a los ojos y perdonar a ese hombre que lo hirió en lo profundo del alma.

Le agradeció especialmente su trabajo porque los testimonios como el suyo –aseguró- derriban “el muro del silencio que sofocan los escándalos y los sufrimientos”, arrojando luz sobre “una terrible zona de sombra en la vida de la Iglesia”.

 

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