La labor de ser presidente es más difícil de lo que Donald Trump pensaba, señalaron más de 20 personas que laboran en la Casa Blanca, todos ellos consultados por el portal Politico.com bajo la condición del anonimato.
El humor de Trump ha fluctuado entre la sorpresa y el enojo, principalmente por las dificultades que ha enfrentado en asuntos como la confirmación de su gabinete y las batallas legales a sus órdenes ejecutivas anti inmigrantes.
A Trump se le dificultan simples conceptos sobre políticas y propuestas de gobierno, además de que detesta entrar en detalles, por lo que generalmente cambia abruptamente de tema para “estar en control”, de acuerdo a una de las fuentes consultadas.
Otro asunto que provocó el enojo del presidente norteamericano es la filtración del contenido de sus llamadas telefónicas con líderes extranjeros, como fue el caso de sus llamadas con los mandatarios de México y Australia.
Personas cercanas a Trump agregaron que una de las cosas que más lo ha frustrado es el descubrir que no puede manejar el país como uno de sus negocios, de forma unilateral.
Mientras tanto, en una Casa Blanca en donde la moral está baja, ya se habla de una “segunda ola” de personajes que sustituirán a algunos de los funcionarios que actualmente están en el gabinete del empresario.
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