Vaticano niega encubrir tráfico de órganos en China

2017-02-07 | 18:41 | Notimex

El Vaticano rechazó que encubra la extracción forzada de órganos en China, tras una polémica desatada al invitar a un funcionario del gobierno chino acusado de favorecer esa práctica, a una cumbre sobre tráfico y turismo de transplante.
 
El canciller de la Pontificia Academia para las Ciencias, Marcelo Sánchez Sorondo, precisó a un grupo de periodistas que la intención de la Santa Sede es apoyar la voluntad de cambio del gobierno chino en la materia y empujar para que termine con las “malas prácticas médicas”.
 
Por primera vez en la historia, la Santa Sede convocó a los máximos expertos médicos e institucionales del mundo para debatir sobre este flagelo, en franco crecimiento.
 
Delegados de más de 50 países, entre ellos México, aceptaron disertar en una cumbre que se realiza este martes y miércoles bajo el título: “Tráfico de órganos y turismo de transplante”.
 
Los objetivos de la reunión son presentar un diagnóstico preciso del problema, firmar una declaración de consenso contra estas prácticas y apoyar la lucha contra ellas a nivel global.
 
Entre los asistentes destacó, desde el principio, la presencia de dos personajes de alto nivel en el gobierno chino: Jiefu Huang y Haibo Wang, presidente y miembro del Comité Nacional de Donación y Trasplante de Órganos.
 
Su presencia en Roma desató la indignación de grupos investigadores de la práctica de extracción forzada en el país asiático. Una polémica que montó en la vigilia del inicio de la cumbre y llegó hasta oídos del Papa Francisco.
 
Los delegados chinos defendieron su posición en un mensaje a la Academia Pontificia en el cual declararon su “devoto compromiso” en la construcción de un nuevo sistema de donación que prohíba el uso de órganos proveniente de prisioneros.
 
Incluso alegaron haber sido víctimas de ataques desde dentro y fuera de China, por parte de aquellos que pretenden mantener el viejo sistema porque obtienen beneficios económicos de él y solicitaron el apoyo de la comunidad internacional para lograr un cambio definitivo.
 
Al respecto, Sánchez Sorondo sostuvo que la Academia Pontificia estudió mucho el caso y llegó a la conclusión que invitar a los delegados chinos podría tener dos efectos: uno positivo y otro negativo.
 
“El efecto negativo es que alguien puede creer que invitando a China nosotros queramos cubrir las malas prácticas que son conocidas en ese país, pero no es así”, enfatizó.
 
Explicó que el efecto positivo corresponde al de reforzar la posición actual del gobierno chino, del presidente y de los ministros “que quieren cambiar verdaderamente”, y respetar la dignidad humana en este campo, es decir, no vender los órganos de los prisioneros como se hizo.
 
“Hay una evolución en esto, ellos quieren ser ayudados por la comunidad internacional y por la Iglesia, nosotros estamos muy contentos de esta actitud y creemos realmente que ellos quieren cambiar, que están cambiando”, abundó.
 
Pero el arzobispo argentino no quiso pronunciarse sobre la realidad actual en China, se limitó a sostener: “Que ahora no se haga ningún transplante de órganos ilegal en China esto no lo podemos decir, pero queremos fortalecer el movimiento del cambio”.
 
En estos días el Papa Francisco fue informado de la controversia y tuvo una reacción elocuente.
 
Aseguró que a todos se trata con misericordia y por eso se mantuvo la invitación a los funcionarios chinos, pero que espera gestos evidentes de transformación, por ejemplo “desmontar los quirófanos de las cárceles”.
 
En sus declaraciones, el canciller Sánchez Sorondo consideró a la extracción de órganos y el tráfico son “delitos de lesa humanidad”.
 
“Debemos decir claramente que este es un crimen contra la humanidad porque si no se dice esto se confunde la gente, quitarle el órgano a una persona, en una persona consciente, como se hace, es un crimen contra la humanidad”, señaló.
 
“Se necesita que las legislaciones estén acorde a esto, existen, pero son insuficientes. Aquí pasa que las multinacionales son más veloces que las leyes y aprovechan las circunstancias”, estableció.
 
Afirmó que la causa fundamental de este comercio es la existencia de una sociedad que no se centra en la persona humana, sino en el dinero, con el cual los ricos quieren “vivir bien” y por eso “hacen de todo” para tener los órganos que necesitan.
 
“En el pasado se decía que este era sólo el uno por ciento de todo el tráfico, pero no, ahora se está entendiendo que es un fenómeno mucho más importante y queremos saber a qué responde exactamente”, insistió.
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