Nombrado hace apenas una semana candidato del Partido Socialdemócrata (SPD, por sus siglas en alemán), Schulz ganaría a Merkel si los ciudadanos pudieran elegir directamente al jefe de gobierno en las elecciones generales del 24 de septiembre próximo.

Esta posibilidad trascendió del nuevo estudio Deutschlandtrend, el cual es realizado por el instituto demoscópico Infratest dimap cada mes entre los ciudadanos alemanes con derecho a voto (los mayores de 18 años) y tiene gran credibilidad.

El estudio mensual se transmite por la televisión de derecho público, ZDF, y se realiza por encargo de la cadena de televisión pública alemana ARD y 10 periódicos del país.

Son datos para detectar las tendencias políticas actuales del país y que se recogen en encuesta telefónica representativa de alrededor de mil a mil 500 alemanes seleccionados al azar.

Según los resultados, la actual canciller federal alemana, de la Unión Cristianodemócrata (CDU), obtendría 34 por ciento frente a 50 por ciento que elegiría a Schulz.

Se trata de la primera vez en 13 años que un candidato socialdemócrata supera a Merkel. La canciller federal perdió siete puntos porcentuales en una semana, mientras el nuevo cabeza de lista socialdemócrata ganó siete.

A pesar de ello, los datos revelan que la CDU de Merkel y la Unión Socialcristiana bávara (CSU), que se presentan juntas, seguirían siendo el bloque más votado si las elecciones se celebraran ahora.

De acuerdo con el estudio, 43 por ciento de la población considera buena o muy buena la Gran Coalición que gobierna el país, formada por la CDU/CSU y el SPD. Ninguna otra coalición obtendría tanto apoyo.

Los resultados del estudio señalaron que seis partidos tendrían representación parlamentaria. En Alemania se precisa de 5.0 por ciento de los votos a nivel nacional para poder entrar en el Parlamento.

La Alternativa para Alemania (AFD), un partido euroscéptico, xenófobo y ultraderechista, perdería 3.0 por ciento respecto al resultado del pasado mes, con 12 por ciento de votos. Pero lo sobresaliente es que se convertiría de golpe en la tercera fuerza electoral del país.

Mientras los Verdes y la Izquierda perderían un punto porcentual, llevándose 8.0 por ciento del pastel electoral y el Partido Liberal mejoraría ese punto, con un resultado de 6.0 por ciento.

La vigorosa entrada de Schulz sorprendió porque de entrada logró colocarse con ventaja frente a Merkel. En ello influye que Schulz es una nueva cara en la política alemana, sin desgaste. Es una hoja en blanco para los electores y apenas ahora se está construyendo una imagen.

Schulz vivió los últimos años en Luxemburgo, donde tiene su sede el Parlamento Europeo. Fue invitado en forma cada vez más frecuente a programas televisados de debate político que tienen gran audiencia, y es de ahí de donde lo conoce el público alemán, pero no mas allá.

La interrogante es ahora si logrará mantener esos niveles de popularidad en septiembre próximo, cuando se llevarán a cabo las elecciones federales en Alemania.

Merkel, por su parte, ha estado 10 años en el poder y eso implica desgaste político. En esos 10 años ha sido en forma continua la figura política con mayor credibilidad.

La economía de Alemania está muy bien, la recaudación fiscal es la más alta en la historia y el nivel de desempleo marca niveles mínimos históricos. Todos esos fueron factores que fortalecieron a Merkel.

Durante la crisis de los refugiados, sin embargo, se produjo un enconado debate nacional y su política al respecto le trajo muchas críticas.

A ello se suma que la derecha alemana, a la que pertenece su partido, la critica porque considera que se ha movido a la centro-izquierda. La derecha conservadora de Alemania está muy inconforme con ella.