Martin Schultz es el candidato que el Partido Socialdemócrata (SPD) presentará para la Cancillería Federal de Alemania en las elecciones generales del 24 de septiembre próximo, despejando así la incógnita de la segunda mayor fuerza política del país.
El presidente del SPD y ministro de Economía, Sigmar Gabriel, esperó prácticamente hasta el último momento para tomar la decisión de no entrar a la pugna por la selección de candidato a la Cancillería Federal en su partido.
De cualquier forma, ya estaba agendado que el partido abordaría el tema el pasado fin de semana para seleccionar a su candidato para el puesto.
La selección recayó sobre Schultz, el presidente saliente del Parlamento Europeo (PE), según se supo el pasado martes.
La noticia, que trascendió con rapidez a los medios locales en las últimas horas, causó gran revuelo porque se percibían las intenciones de Gabriel de lanzarse como contrincante de Angela Merkel, la canciller federal y presidenta de la Unión Demócrata Cristiana (CDU).
Gabriel, por su parte, renunciará también a la presidencia del SPD para que Schulz la ocupe. Unir en una misma persona las funciones de candidato a la Cancillería Federal y presidente del partido es una práctica común en Alemania.
Gabriel informó este día su decisión a la fracción parlamentaria del SPD en Berlín y de ahí trascendió a los semanarios locales Die Zeit y Stern, y a partir de ahí se difundió como un reguero de pólvora en el resto de la prensa alemana.
A la pregunta de Stern: ¿Por qué no iba a ser él mismo candidato a la Cancillería Federal por el SPD?, respondió que si lo hubiera hecho seguramente perdería y eso dañaría a su partido.
Stern informó que ambos políticos acordaron que Gabriel sería el próximo ministro de Asuntos Exteriores, un puesto muy relevante en el gabinete alemán que el SPD ocupa actualmente con Frank Walter Steinmeier.
Es virtualmente seguro que Steinmeier sea el próximo presidente de Alemania, ya que cuenta con el apoyo de la canciller federal y del SPD.
Ese político del SPD era el que más sonaba para convertirse en candidato a canciller federal de su partido, pero Gabriel lo destapó como candidato a la jefatura de Estado del país.
Merkel dio su anuencia, de manera que se presentará al Parlamento como candidato a la jefatura de Estado por los partidos SPD y CDU.
Los candidatos a la Presidencia de Alemania reciben el cargo después de pasar por una votación en el Bundestag. Steinmeier, con los votos de dos de los partidos de la coalición de gobierno (CDU y SPD), obtendrá casi seguramente la designación para ocupar esa función.
Schulz tiene 61 años. Nació en 1955 en Hehlrat y creció en la población de Würselen, una ciudad pequeña en el estado germanoccidental de Renania del Norte Westfalia, a la que casi nunca se oye mencionar en las noticias.
Habla seis idiomas y cuando está en esa ciudad habla en el dialecto local. Está casado con una arquitecta y tiene dos hijos adultos.
Es presidente del Parlamento Europeo desde 2014. El primer y único cargo de elección popular que ejerció hasta ahora en Alemania fue el de alcalde de Würselen en 1987.
Es hijo de un policía y de una política municipal de la CDU. Su sueño era ser futbolista, pero tuvo que renunciar a ello porque bebía demasiado. De acuerdo a medios alemanes, venció su inclinación al alcohol.
En 2015 fue honrado con el Premio Carlomagno para la Paz, que otorga cada año la ciudad de Aachen (Aquisgrán) a políticos de toda Europa. Es un galardón muy relevante. Hace una semana se despidió de su cargo como presidente del Parlamento Europeo.
De acuerdo a sus planes personales, le hubiera gustado seguir en ese puesto, en el que se sentía como pez en el agua, pero los legisladores conservadores del Parlamento Europeo no aceptaron apoyarlo.
Informó entonces su intención de presentar su candidatura como legislador federal en el Bundestag, en representación del estado de Renania del Norte Westfalia. En lugar de eso, está siendo catapultado a la primera fila de la política de Alemania.
Se posicionó en la Eurocámara a favor de la unificación europea, pero no se dio cuenta de que Reino Unido iba a votar a favor de la salida del bloque comunitario, como ocurrió a muchos políticos europeos.
Es un orador versado y ha protagonizado algunos incidente, por ejemplo cuando el entonces primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, lo calificó públicamente de nazi.
También cuando habló ante el Parlamento israelí en febrero de 2014 y criticó los asentamientos de los colonos judíos en los territorios palestinos ocupados.
Los legisladores judíos de derecha abandonaron la sala del Knesset entre tumultos, gritando que era una vergüenza lo que Schulz había dicho.
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