El miedo, incertidumbre y ansiedad que los estudiantes indocumentados sienten al no saber qué va a pasar con ellos y sus familias una vez que Donald Trump llegue al poder, ha elevado el número de consultas psicológicas en la Universidad de Illinois en Chicago.
"Desde las elecciones notamos una alza tremenda en la demanda de servicio de consejería médica mental. Hay mucha petición de terapia psicológica y largas listas de espera porque no tenemos tanto staff", comentó Xóchitl Bada, catedrática del Programa de Estudios Latinoamericanos y Latinos en esa institución.
"Hay mucha angustia, desolación, miedo y falta de información porque no hay claridad de qué es lo que va a pasar", aseguró.
Y es que, el magnate republicano ha expresado constantemente su deseo de deportar a millones de indocumentados.
Emmanuel Cortés, joven de origen mexicano de 28 años protegido bajo el programa de Acción Diferida (DACA), añadió que prefiere mantenerse un poco al margen de todo lo que se dice.
"No me gusta informarme a diario de lo que hace nuestro Gobierno. Es como una novela, cada día más dramática y solamente me ocasiona más ansiedad", reconoció Cortés, quien estudia una Maestría en Planificación Urbana en Chicago.
"Por lo tanto, yo hago mi parte: estudio, no molesto a nadie, trato de vivir una vida tranquila y busco lo mejor para mi futuro. A lo que más le temo es a la gente, al racismo y al no poder ayudar a mi familia si algo fuerte fuera a pasar", agregó el joven, quien llegó a Chicago con sus padres a los siete meses de nacido.
Por ello, Cortés decidió que una vez termine sus estudios en mayo, migrará a Bruselas, Bélgica.
"Me da temor pensar en el poder mundial que los Estados Unidos tienen y la influencia en los gobiernos extranjeros que la presidencia de Trump vaya a tener. Pero no puedo hacer mucho para cambiar al mundo".
Además del servicio médico que esa institución ofrece como parte del seguro social con el que cuentan sus alumnos, la Universidad de Illinois evalúa la posibilidad de convertirse en "santuario".
Las que ya se han declarado como tal, y entre las que se encuentra la Universidad de Pennsylvania -alma mater de Trump- tienen la intención de no compartir información sobre sus estudiantes con autoridades migratorias.
"Está en discusión -convertirse en santuario- porque es una palabra complicada. A diferencia de muchos otros campus que han hecho esta declaración simbólica, nosotros hemos estado conversando para tener una claridad de qué significa esa palabra", dijo Bada.
Sin embargo, agregó que la universidad es un lugar incluyente, que no permitirá que sus estudiantes se sientan hostigados, y que no compartirán su base de datos con la policía interna, local o estatal.
La Universidad de Illinois está formada por tres campus: Urbana-Champaign, Chicago y Springfield y, de acuerdo con la profesora, el presidente de la institución, Timothy L. Killen, es muy sensible al tema y ya recibió una carta que incluye alrededor de mil 800 firmas en la que le solicitan que se declare santuario.
En ese sentido, reconoció que tienen que ser muy cuidadosos para no prometer cosas que no pueden cumplir.
"Nosotros no podemos decir que vamos a proteger a un estudiante que tiene, por ejemplo, un cargo de un acto criminal y que resulta que es inmigrante y con estatus DACA. Si decimos que somos santuario y lo vamos a proteger, estaríamos mintiendo, porque no tenemos autoridad de protegerlo ante un crimen federal dentro de nuestro campus".
Pero, si no existe ninguna razón para que un alumno sea detenido, salvo por el hecho de ser inmigrante, la institución no cooperará con las autoridades.
Amalia Pallares, quien es consejera de la organización estudiantil Fearless Undocumented Alliance agregó que en el campus Chicago de la Universidad de Illinois están matriculados 27 mil estudiantes, de los cuales, el 26 por ciento son latinos.
Para apoyar a los más vulnerables, se contrató a una persona, en junio pasado, para que asesore a estudiantes indocumentados.
"La universidad también apoya una propuesta de ley para que tengan acceso a becas que ofrece la universidad y que utiliza fondos del estado de Illinois.
"No sabemos qué va a pasar, nos preocupa que los estudiantes vean que sus familias están en peligro, que se sientan inseguros y no sepan cómo van a terminar sus carreras", comentó Pallares, quien también es directora del programa de Estudios Latinoamericanos y Latinos de la Universidad.
A pesar de la incertidumbre, destacó el trabajo que hacen grupos como Fearless Undocumented Alliance, que hoy en día apoya y da asesorías a personas que así lo requieren.
"Vienen tiempos muy difíciles y no creo (que Trump) esté más moderado, todos lo sabemos", finalizó Pallares.
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