Brasil en alerta por brote de fiebre amarilla

2017-01-17 | 17:31 | Agencias

Las autoridades sanitarias brasileñas se mantienen en alerta ante el brote de fiebre amarilla que se ha cobrado 47 víctimas en Minas Gerais, en el sureste del país, y que podría extenderse a regiones próximas donde empiezan a detectarse casos con síntomas de la enfermedad.
 
El Ministerio de Salud brasileño confirmó hoy que se han detectado 152 casos sospechosos en 26 municipios de áreas rurales del estado de Minas Gerais, el segundo más poblado del país, y que ha enviado más de 700 mil vacunas y un equipo de apoyo a la zona para colaborar en las investigaciones.
 
Además, el ministerio enviará 350 mil dosis de vacunas al vecino estado de Espíritu Santo tras la aparición de dos casos con síntomas de fiebre amarilla registrados en ciudades cercanas a Minas Gerais, que ha declarado la emergencia sanitaria.
 
El ministro de Salud de Brasil, Ricardo Barros, sostiene que las autoridades están en alerta pero que la situación está bajo control.
 
"Tenemos una alerta. La recomendación de la vacunación en 19 estados es permanente y las vacunas están disponibles", dijo.
 
El Gobernador de Minas Gerais, Fernando Pimentel, prometió toda la ayuda de las autoridades para hacer frente al virus.
 
"La fiebre amarilla es una enfermedad con un alto grado de letalidad. La mejor forma de enfrentarla es la vacunación, que es lo que estamos haciendo masivamente en los municipios donde la enfermedad fue detectada. Tenemos que redoblar los esfuerzos, no ahorrar en recursos ni en tiempo", aseguró.
 
Los especialistas distinguen dos tipos de fiebre amarilla que se diferencian por el mosquito transmisor, la silvestre -transmitida por el Haemagogus y el Sabethes, que ataca principalmente a los macacos- y la urbana, que transmite el aedes aegypti, el vector del dengue, el zika y el chikunguña.
 
El brote de Minas Gerais fue precedido de la muerte de decenas de macacos contaminados con la enfermedad, un fenómeno que prendió la alarma de los expertos y que se ha repetido también en Espíritu Santo.
 
Para André Siqueira, especialista de la Fundación Oswaldo Cruz (INI/Fiocruz), el desequilibrio ambiental causado por el hombre en algunas zonas rurales es uno de los factores que pueden explicar este brote de fiebre amarilla.
 
"Con una proximidad mayor de los humanos (a las zonas boscosas), hay más posibilidad de que el mosquito infectado transmita la fiebre amarilla", apuntó.
 
El experto subrayó que los colectivos más vulnerables son gestantes, niños y ancianos, por lo que la vacuna se muestra como imprescindible en la lucha contra la enfermedad.
 
Siqueira admitió que la posible llegada del virus a zonas urbanas es un motivo de preocupación, porque desde 1942 no había casos de fiebre amarilla urbana en ciudades brasileñas.
 
En 2015 se registraron apenas nueve casos de fiebre amarilla silvestre en todo el país con cinco muertos y el pasado año se detectaron seis cuadros también con cinco víctimas.
 
Brasil recomienda un esquema de vacunación con dos dosis, una a los nueve meses y otra a los cuatro años, a nivel general, pero con especial atención en zonas rurales, próximas a áreas boscosas o selváticas.
 
Menos común que el dengue, la fiebre amarilla tiene, sin embargo, una mayor letalidad y en apenas una semana puede provocar la muerte de hasta el 45 por ciento de sus víctimas.
 
Los síntomas de la enfermedad son parecidos a los del dengue, como fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, dolor muscular generalizado, y con su evolución puede causar infección en el hígado y en los riñones, pudiendo provocar ictericia, fallida renal, hemorragia y vómito oscuro.
 
Pese a que el brote de fiebre amarilla ha encendido la alerta sanitaria en el país, Siqueira alerta para no descuidar las otras enfermedades que transmite el mosquito Aedes Aegypti y no relajarse en la lucha contra el insecto.
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