El obispo emérito de San Antonio, Patricio Flores, quien en 1970 se convirtió en el primer obispo méxicoestadunidense, murió a los 87 años de edad en Texas, informó hoy la Arquidiócesis de San Antonio.

Flores, quien también fue el cuarto obispo de San Antonio, falleció la tarde del lunes debido a una neumonía e insuficiencia cardiaca congestiva, en la residencia de Padua Place para sacerdotes jubilados en San Antonio, agregó la arquidiócesis a través de un comunicado.

Patricio Flores nació en julio de 1929 en la comunidad de Ganado, Texas, y fue el sexto de los nueve hijos del matrimonio formado por los inmigrantes mexicanos Patricio Flores y Trinidad Fernández.

De acuerdo con su biografías, el joven Patricio siempre expresó su interés por ser sacerdote.

Durante su adolescencia trabajó como campesino migrante hasta que concluyó su preparatoria, luego ingresó al seminario y se ordenó como sacerdote en mayo de 1956.

Dirigió el Movimiento Familiar Cristiano en la diócesis Galveston-Houston durante la década de los años 60; así como el Comité Episcopal para el Hispanoparlante, un ministerio que animaba a las congregaciones bilingües.

En octubre de 1969, Flores se unió a 47 sacerdotes hispanos para establecer PADRES, una organización destinada a llamar la atención a los problemas de los hispanos en la iglesia y la sociedad.

Flores fue designado como obispo por el Papa Paulo VI y consagrado en 1970. Desde entonces comenzó a servir como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de San Antonio.

En 1978 fue nombrado obispo de la Diócesis de El Paso, y un año después en 1979, Arzobispo de la Arquidiócesis de San Antonio.

Fundó en 1981, la Televisión Católica de San Antonio, la primera estación de televisión de una diócesis católica en Estados Unidos.

El 27 de junio de 2000, el inmigrante salvadoreño Nelson Antonio Escolero lo mantuvo secuestrado durante nueve horas en una de las oficinas de la arquidiócesis, junto a la secretaria del lugar.

El inmigrante, que había sido detenido por manejar ebrio y temía ser deportado a El Salvador, estaba armado con una granada falsa. Luego Escolero liberó a Flores y a la secretaria y se entregó a las autoridades, tras horas de negociaciones con la policía.

Flores se retiró en diciembre de 2004, al cumplir 75 años, la edad obligada para la jubilación de un obispo, y se convirtió entonces en obispo emérito de San Antonio.