Nuevo motín en cárcel de Brasil con cuatro muertos

2017-01-08 | 11:45 | Agencias

Por lo menos cuatro presos fueron asesinados esta madrugada en una cárcel de Manaos, al norte de Brasil, donde unos 300 detenidos habían sido trasladados luego de los dos motines que esta semana terminaron con un centenar de víctimas fatales a partir de un enfrentamiento entre dos históricas bandas criminales, en un contexto de superpoblación y malas condiciones carcelarias.
 
Esta vez, la revuelta -en la que tres víctimas fueron decapitadas- ocurrió en la cárcel Desembargador Raimundo Vidal Pessoa por "motivo desconocido", según un comunicado del Comité local de Gestión de Crisis, que también indicó que "la situación es estable". Sin embargo, otras versiones indican que la situación empezó tras un reclamo de los detenidos para mejorar las condiciones del lugar.
 
Brasil tiene la cuarta mayor población penal del mundo: 622.000 personas.
 
Este fue el tercer motín con víctimas fatales en una semana: el primero había sido entre el 1 y el 2 de enero, en el complejo penitenciario Anisio Jobim (Compaj), también en Manaos, que fue el escenario de una revuelta que duró 17 horas y terminó con 56 muertos. El mismo día, en el también norteño estado de Roraima, otra matanza dejó 33 reclusos muertos.
 
Según las investigaciones, los enfrentamientos son parte de la "guerra abierta" que existe entre el Primer Comando de la Capital (PCC) -la mayor facción criminal de Brasil- y el Comando Vermelho -apoyado por sus aliados locales de la Familia do Norte-, por el control nacional del narcotráfico. Con 622.000 personas privadas de libertad -en su mayoría jóvenes negros-, Brasil tiene la cuarta mayor población penal del mundo, por detrás de Estados Unidos, China y Rusia, según datos oficiales.
 
El penal donde esta madrugada mataron a otras cuatro personas, situado en el centro de la ciudad y clausurado en octubre por sus malas instalaciones, había sido reabierto de urgencia el lunes para acomodar a casi 300 reclusos procedentes de otros tres penales de Manaos, en el estado de Amazonas. Las autoridades buscaban así separar a presos de las dos facciones implicadas en las masacres anteriores.
 
El viernes, los reclusos se habían manifestado exigiendo mejoras. Según el sitio de noticias G1, la protesta se suspendió tras la promesa de que serían redistribuidos en lugares apropiados cuando se terminaran obras de mejora.
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