Cambio climático alarga las alas de un ave australiana

2017-01-02 | 11:54 | Agencia

El cambio climático, en mayor o menor medida, nos está afectando a todos en las últimas décadas. La temperatura del planeta está aumentando y, en ocasiones, llega a afectar notablemente a la fauna y flora en muchos lugares.

Según un estudio realizado por un grupo de científicos de la Universidad de Notre Dame en Sídney y que recoge el diario australiano ABC, el cambio climático ha afectado muy probablemente al crecimiento de las alas del perico de Barnard, un tipo de ave muy común en el oeste de Australia. En los últimos 45 años sus alas se han alargado entre 4 y 5 milímetros.

Los científicos han llegado a esta conclusión ya que en los climas cálidos las extremidades de los animales suelen ser más alargadas. “A medida que la temperatura del clima aumente, el incremento en el largo de las alas puede ayudar a estas aves a liberarse del exceso de calor y adaptarse mejor a su ambiente”, explica Dylan Korczynskyj, uno de los investigadores que han participado en el estudio.

Korczynskyj añade que el mayor crecimiento de las alas ha ocurrido a partir de 1970, década en la que la temperatura aumentó más significativamente y, además, en el oeste de Australia se registró una gran concentración de prácticas de deforestación. Pese a que el cambio de temperatura puede ser mínimo, afecta muy directamente a este tipo de animales que necesitan adaptarse en un corto periodo de tiempo.

Comparación con aves antiguas

Para poder realizar el estudio, más bien para poder comparar si realmente este ave australiana ha aumentado el tamaño de sus alas, han analizado aves de esta raza que están presentes en el Museo de Australia y que datan desde el siglo XIX. Una gran colección donde hay pericos de Barnard y que incluye un ejemplar de 1904.

Haciendo una comparación con este tipo de ave de principios del siglo XX se pudo comprobar cómo ha ganado tamaño en las alas en estas últimas décadas. Especialmente, como hemos indicado, a partir de la década de 1970 que fue donde se vivió un incremento más significativo de la temperatura en el oeste australiano entre 0,1 y 0,2 grados centígrados cada 10 años.

Sin duda estamos ante una prueba más de lo peligroso que resulta el cambio climático y las enormes causas que puede provocar, empezando por pequeñas diferencias como el caso de esta ave australiana, pero que puede llegar a cambiar todo nuestro ecosistema en un corto periodo de tiempo.

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