Celebran Año Nuevo pese a amenazas terroristas

2017-01-01 | 09:16 | Agencias

Los europeos celebran la llegada del año nuevo con la tensión que genera la amenaza del yihadismo terrorista. Tras el último atentado en Berlín y los anteriores en Bruselas, París o Niza, las medidas de seguridad son extremas y las principales ciudades del viejo continente reforzaron los dispositivos de seguridad ya elevados cuando empezó el período navideño.
 
El uso de camiones para arrollar a civiles, como los utilizados en Niza el 14 de julio y en Berlín el 19 de diciembre, se contrarresta bloqueando la entrada a plazas y calles peatonales de fuerte concentración de personas con bloques de hormigón. Muchas ciudades utilizarán helicópteros y drones para vigilar las concentraciones.
 
Bruselas cerró las estaciones de subterráneo del centro de la ciudad y el Ayuntamiento llegó incluso a estudiar la posibilidad de cancelar el lanzamiento de fuegos artificiales y los conciertos previstos para evitar las concentraciones masivas. Los militares, como hace ya más de un año, patrullaronn las calles armados con fusiles de asalto para apoyar el despliegue policial. La ciudad es todavía uno de los principales objetivos del yihadismo. Bélgica, como otros países europeos, tiene el nivel de alerta terrorista en su penúltimo escalón. Subirlo un grado más llevaría a tomar medidas de excepción que paralizarían las ciudades, como ocurrió en Bruselas durante cuatro días tras los atentados de París de noviembre de 2015.
 
En Berlín aumentó en 1.700 el número de agentes en las calles y por primera vez muchos de ellos portaban fusiles de asalto, una medida habitual en Bruselas o París pero hasta ahora no utilizada por la Policía alemana. 
 
París es otra de las ciudades que dispuso de un masivo despliegue de seguridad para controlar al más de medio millón de personas que suelen reunirse cada Fin de Año en el entorno de los Campos Elíseos, el Arco del Triunfo y la Torre Eiffel. El gobierno francés desplegó en todo el país a 52.600 policías, 36.000 gendarmes y 7.000 militares. Sólo en París hubo de 10.000 agentes.
 
Roma prohibió el acceso al centro de la ciudad a cualquier camión o furgón y levantó barreras para cerrar el tránsito en los lugares donde espera más concentraciones. La capital italiana también aumentó el número de policías y militares desplegados. La Policía vigilaba especialmente los accesos al Vaticano.
 
Londres desplegó a 3.000 policías para asegurar la concentración de cientos de miles de personas que disfrutaronn como en otras ciudades europeas de espectáculos de fuegos artificiales.
 
Madrid selló Puerta del Sol, el punto emblemático de concentración cada noche de Fin de Año. Permitió la entrada a un máximo de 25.000 personas y sólo a través de cuatro filtros bajo control policial, 800 agentes de policía vigilarón ese dispositivo y se cerró la estación de subterráneo. La Policía madrileña ha llegado incluso a atravesar camiones en algunas calles para impedir el tránsito.
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