La presidenta constitucional de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó que el golpista Michel Temer no tiene una “política propia” en su gobierno y alertó de que podría ocurrir en ese país sudamericano lo que describió como “un golpe dentro de otro golpe” al invisibilizar a Luis Inácio Lula Da Silva.

"Temer no tiene una política propia", afirmó la mandataria brasileña y añadió: "Puede ocurrir un golpe dentro de otro golpe" al invisibilizar a Lula Da Silva, dijo en una entrevista con el canal multiestatalTeleSur en la última semana.

"Brasil solo se recuperará si ocurre una elección directa que cree un nuevo pacto para el país", afirmó.

Rousseff aseguró que Brasil es un país "dividido, perplejo e impactado porque la cúpula del Gobierno está involucrada en los procesos de corrupción investigados por la Lava Jato" y añadió que "hay una crisis entre el poder legislativo y el poder judicial".

Indicó que el presidente interino respalda la política del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), partido que es desmantelado por las investigaciones del Lava Jato. "Temer fue un vicepresidente decorativo del PSDB durante el juicio político", dijo.

Agregó que quienes sustentan al Gobierno de Temer y sustentaron el golpe parlamentario fueron a quienes el Partido de los Trabajadores (PT) durante cuatro elecciones seguidas.

La mandataria advirtió que puede ocurrir "un golpe dentro de otro golpe" el próximo año porque es posible que Michel Temer sea destituido y ocurran elecciones indirectas hechas por el Senado y el Congreso.

"Ellos pueden invisibilizar al expresidente Lula porque existe una ley que dice que si una persona es acusada en dos instancias no puede gobernar", aseveró.

Cuestionó la ley aprobada por el interinato que limita el gasto social durante 20 años.

En tanto, denunció que los medios de comunicación en Brasil intentan "desmontar la imagen, la trayectoria, conquistas y el pasado" del expresidente Lula Da Silva.

"Grupos de noticias negativas tratan al presidente Lula como un enemigo que hay que destruir", dijo, y apuntó que incluso cuando encuestas arrojan que la población lo identifica como el mejor candidato que se puede tener.

Por otro lado, la presidenta electa brasileña criticó la intervención del presidente de Argentina, Mauricio Macri, en el juicio político acontecido en contra de la mandataria el pasado 31 de agosto.

"Macri respaldó el juicio político y eso es muy extraño porque él no participa en las instituciones brasileñas, eso es una mala política externa, respaldar un golpe de Estado en otro país", reveló.

Aseveró que Brasil asumió una política externa de no atropellar a ningún país; “contrariamente a lo que hace Estados Unidos. Brasil tuvo una política multilateral", indicó y alertó que en América Latina se están adoptando las políticas del neoliberalismo caracterizadas por la preponderancia de lo financiero sobre la producción y el empleo.

Sin embargo, remarcó que aunque se perdió en el presente, “no podemos perder el futuro”. “Pienso que lo que se está implementando en América Latina es un régimen que destruye las políticas sociales, más que un retroceso es algo incompatible con la democracia", acotó.

En tanto, esta semana el rechazo a la figura de Temer aumentó hasta llegar a un 77%, según el Instituto Ipsos, con lo cual se contabiliza un descontento de un 18% desde octubre pasado hasta diciembre actual.

La encuesta también reveló que la percepción negativa de Temer se elevó desde un 52 por ciento hasta un 62 por ciento entre quienes consideran su gestión como mala o pésima.

Existen tres factores que según el director de la encuestadora Ipsos, Danilo Cersosimo, influyen en el incremento de la impopularidad del interino entre los brasileños, uno de los cuales es la agenda de reformas, vista como impopular.

Un segundo factor es la insatisfacción de la población con las respuestas del Gobierno interino a la crisis económica que vive Brasil y por último una variable relevante es la vinculación de él y sus aliados con la operación anticorrupción Lava Jato.