El Papa Francisco, siguiendo el ejemplo de grandes íconos de la historia como Mahatma Gandhi y Martin Luther King, decidió apostar con fuerza por el impulso a la no violencia como único método para resolver conflictos y lograr la paz.

Al inicio de esta semana, el Vaticano dio a conocer el texto del mensaje del Pontífice con motivo de la próxima Jornada Mundial de la Paz, que la Iglesia católica celebrará el próximo 1 de enero de 2017. El escrito estuvo dedicado justamente a la no violencia.

En ese documento, además de desarrollar su personal concepción de la no violencia, Jorge Mario Bergoglio recordó la contribución no sólo de Gandhi y Luther King, sino también de Khan Abdul Ghaffar Khan, el “Gandhi musulmán” y de Leymah Gbowee y las mujeres de Liberia.

Este día, al recibir las cartas credenciales de los nuevos embajadores de varios países ante el Vaticano (Burundi, Fiji, Mauricio, Moldavia, Suecia y Túnez), el Papa volvió a abordar el tema de la no violencia y dijo que se trata de un valor universal que pertenece no sólo al cristianismo, sino también a otras tradiciones espirituales.

“En un mundo como el actual, por desgracia marcado por guerras y numerosos conflictos, la elección de la no violencia como estilo de vida se vuelve cada vez más una exigencia de responsabilidad a todos los niveles, desde la educación familiar hasta el compromiso social y civil, hasta la actividad política y las relaciones internacionales”, dijo.

“Se trata, en cada circunstancia, de rechazar la violencia como método de resolución de los conflictos y de afrontarlos siempre mediante el diálogo y la tratativa”, agregó.

Ante los diplomáticos, advirtió que quienes ocupan cargos institucionales en el ámbito nacional o internacional están llamados a asumir en la propia conciencia y en el ejercicio de sus propias funciones un estilo no violento.

Aclaró que esa forma de actuar no es sinónimo de debilidad o de pasividad sino, al contrario, presupone fuerza de ánimo, coraje y capacidad de afrontar las cuestiones y los conflictos con honestidad intelectual, buscando verdaderamente el bien común, antes y más que cualquier interés sea ideológico, económico o político.

Recordó que en el siglo pasado, funestado por guerras y genocidios de proporciones inauditas, se pueden encontrar muchos ejemplos de cómo la no violencia, abrazada con convicción y practicada con coherencia, pueda obtener importantes resultados también en el plano social y político.

Incluso destacó que algunas poblaciones, también enteras naciones, gracias al empeño de líderes no violentos han conquistado objetivos de libertad y de justicia de manera pacífica.

“Este es el camino a seguir en el presente y futuro. Este es el sendero de la paz, no aquella proclamada en palabras pero que de hecho es negada persiguiendo estrategias de dominio, soportadas por escandalosos gastos en armamentos mientras tantas personas están privadas de lo necesario para vivir”, insistió.