Cientos de personas se acercaron hoy durante todo el día a la iglesia Santa María de la Paz de Roma para dar el último adiós al líder del Opus Dei, el prelado Javier Echavarría, quien falleció de manera sorpresiva la víspera.

A primeras horas de la mañana el mismo Papa llamó por teléfono al vicario auxiliar de “La Obra”, el clérigo español Fernando Ocáriz Draña, quien asumió temporalmente las riendas de la prelatura personal en lugar de Echavarría.

Más tarde, Francisco envió un telegrama en el cual expresó su “más sentido pésame” y agradeció a Dios por el “paternal y generoso testimonio de vida sacerdotal y episcopal” del prelado.

“Elevo al señor un ferviente sufragio por este fiel servidor suyo para que lo acoja en su gozo eterno y lo encomiendo con afecto a la protección de nuestra madre, la Virgen de Guadalupe, en cuya fiesta entregó su alma a Dios”, refirió.

Echavarría falleció la víspera a las 21:20 horas local (20:20 GMT) por causa de una insuficiencia respiratoria provocada por una infección pulmonar. Se encontraba internado desde el 5 de diciembre en las instalaciones del Campus Bio-Médico de Roma, contaba con 84 años.

Desde el año 1994 guiaba los destinos del Opus Dei, la poderosa prelatura personal del Papa fundada por san Josemaría Escrivá de Balaguer en 1928. Fue su segundo sucesor después de Álvaro del Portillo, ya declarado beato.

Según los estatutos de la institución, en su calidad de vicario auxiliar Ocáriz mantendrá el gobierno y en el plazo de un mes convocará a un congreso para elegir a un nuevo prelado, el cual se deberá celebrar en un plazo de tres meses.

La elección del nuevo prelado deberá ser confirmada por el Papa Francisco.