Activistas recogen el premio Sajarov

2016-12-13 | 12:12 | Agencia

Nadia Murad y Lamiya Aji Bashar, las dos activistas yazidíes que fueron esclavizadas sexualmente por el autodenominado Estado Islámico (EI), pidieron en Estrasburgo, Francia, el apoyo internacional para llevar al grupo yihadista ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) por el genocidio de su pueblo.

Así lo solicitaron durante la ceremonia en la que se les hizo entrega del premio Sajarov 2016 del Parlamento Europeo (PE).

Además, reclamaron establecer una zona de protección para las minorías en Irak.

"Esperamos del Parlamento Europeo y del mundo que lleve el genocidio de los yazidíes hasta el Tribunal Penal Internacional para hacer justicia y que rinda cuentas el autodenominado Estado Islámico para evitar que en el futuro no se cometan estas atrocidades", clamó Aji Bashar en su discurso ante el pleno del PE.

"Creo -añadió en su alocución Murad- que la comunidad internacional tiene que establecer además una zona o zonas de seguridad para estas minorías en Irak, coordinadas por el Gobierno iraquí y las autoridades del Kurdistán".

En caso contrario, Europa debe abrir sus puertas a los yazidíes, como ocurrió tras el Holocausto, pidió Murad.

El presidente de la cámara, un emocionado Martin Schulz, se refirió a las premiadas como "heroínas" y ofreció el respaldo de la Eurocámara para que el genocidio del pueblo yazidí, uno de los más antiguos de la Humanidad, llegue ante el TPI.

Schulz destacó la presencia en el plenario de familiares y amigos de las premiadas, entre ellos el hermano pequeño de Lamiya, quien estaba en un campamento de refugiados y ayer se reencontró con ella en Estrasburgo.

Las premiadas habían declarado horas antes de recibir el premio que este devuelve el orgullo y la dignidad a los yazidíes, y se lo dedicaron a todas las víctimas del grupo terrorista.

"El Premio Sajarov a la Libertad de Conciencia es un orgullo y queremos dedicarlo a todas las mujeres y niñas que fueron capturadas por el EI", aseguró Aji Bashar, de 19 años.

El galardón, que les había sido concedido el pasado 27 de octubre y está dotado con 50 mil euros, recompensa el combate de ambas por la defensa de los yazidíes, una minoría religiosa cuyas raíces se remontan a 4 mil años de antigüedad, asentada principalmente en el Kurdistán iraquí y masacrada por el EI, que la considera "adoradora del diablo".

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