Apenas comienza a bajar la temperatura cuando sobre la calle Galileo, Colonia Postal, en Tijuana, el silencio de la noche del miércoles 7 es interrumpido por la tos de niños haitianos que duermen en una banqueta afuera de la puerta del albergue Casa Madre Asunta.

Unos 10 adultos protegen con lo que pueden a cinco menores de los 12 grados centígrados de la temperatura, los cuales caen como hielo sobre los cuerpecitos menudos de los infantes, dormidos sobre cartón. Hacia la madrugada, el termómetro marcó los 9 grados.

"Durmieron así desde anoche, por eso los niños no paran de toser", platica con enojo María del Rosarito Galván Romero, trabajadora social del albergue para migrantes Madre Asunta.

La casa nació como un refugio para 45 connacionales deportados. Hoy atiende a 139 haitianos y mexicanos.

Unas horas antes, de gira en el Estado, el Secretario de Desarrollo Social federal, Luis Enrique Mirada, negó que hubiera una crisis humanitaria por causa de la migración internacional en Baja California.

"La catalogamos como un hecho atípico", mencionó.

"No es una crisis humanitaria porque tienen documentación que les permite transitar en México y establecer una relación para cruzar la frontera, no hay pandemias, ni epidemias, hay control de alimentación, de nacimientos. No están mal atendidos".

Giulia, quien recién cumplió los 8 años, es una de las niñas que no alcanzó lugar en ninguno de los 21 albergues de la ciudad. Su familia por ahora está separada en Baja California: su papá se quedó en Mexicali y su madre y ella viajaron a Tijuana.

"En Mexicali no teníamos alimentos", platica la mamá de Giulia, quien prefiere no dar su nombre.

"Rentábamos una casa en 2 mil pesos al mes. Se nos acabó el dinero, pero además las condiciones allá son peores, el frío y la falta de comida".

Varias haitianas han viajado con sus hijos de Mexicali a Tijuana esperando que haya mejores oportunidades para sobrevivir dos o hasta tres meses antes de poder tener su entrevista en Estados Unidos para pedir asilo.

"Ya sabemos que están deportando haitianos (desde Estados Unidos)", platica una joven de apenas 16 años.

Los haitianos y africanos están preocupados. Quienes solicitaron una entrevista para pedir asilo desde Mexicali no pueden cruzar a EU desde Tijuana.

"Nos dicen que nos regresemos a Mexicali pero, ¿con qué nos vamos a regresar y para qué? Allá no hay ayuda", dice angustiada.

La mamá de Giulia dice que no están acostumbradas al frío, pues en esta época en la isla de Haití hay 23 grados centígrados.

A los haitianos en Tijuana sólo les queda recordar las noches cálidas, y esperar que sus sueños no se congelen, tan cerca de Estados Unidos.