Hollande no buscará la reelección para la presidencia de Francia

2016-12-01 | 17:52 | Agencias

El presidente François Hollande será el primer presidente de la V República que no representará a un segundo mandato presidencial. Así lo ha anunciado esta tarde desde el palacio Elíseo en una breve alocución que pone fin a semanas de incertidumbre en el campo de la dividida izquierda francesa. Hollande, cuyos niveles de apoyo están por los suelos, explicó su gesto como una muestra de “humildad” en el ejercicio del poder y también de la “lucidez” ante la evidencia de la falta de apoyos que su persona suscita.
 
“El ejercicio del poder nunca me ha hecho perder la lucidez (...) Soy consciente de los riesgos que conllevaría mi candidatura, que no reúne todos los consensos. He decidido no ser candidato a la elección presidencial, he decidido no renovar mi mandato”, ha afirmado Hollande. En su discurso, de solo siete minutos, pero que muchos analistas consideran una de las comparecencias más emotivas de un presidente saliente, el líder francés también ha aprovechado para hacer un resumen de sus cinco años de mandato.
 
“Aquí no está en juego una persona, sino toda una nación”, ha añadido el jefe de Estado como conclusión, con lo que ha dado a entender que su gesto es en pro del interés del país.
 
Hollande, el presidente más impopular de Francia en las últimas décadas, tenía hasta mediados de diciembre para decidir si iba a participar a las primarias del Partido Socialista, pero se ha adelantado unas semanas debido a la presión de los últimos días. Con su renuncia, el líder socialista espera que aumenten las posibilidades de ganar de la izquierda: “Como presidente tengo que dirigir el Estado. Como socialista, no puedo resolver la dispersión de la izquierda”, ha sentenciado.
 
Todas las encuestas recientes preveían que tanto Hollande como cualquier otro candidato socialista no pasaría la primera ronda de las elecciones presidenciales de abril y mayo de 2017. El último sondeo le daba un 7,5% de votos, quinto clasificado en la primera vuelta, sin posibilidad alguna de pasar a la definitiva eliminatoria de la segunda. Ante ese panorama incendiado solo le quedaba salvar los muebles: preservar con su gesto su papel en la historia, desde luego una historia en minúsculas.
 
Las predicciones sitúan en la batalla de la segunda vuelta al candidato de la derecha, François Fillon, elegido en primarias el pasado domingo, y a la líder del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen.
 
En este sentido, Hollande se ha refirió brevemente a la situación preelectoral. El proyecto de François Fillon, defensor de un programa radical de recortes que reivindica el legado de Margaret Thatcher en el Reino Unido, “pone en cuestión nuestro modelo social”, dijo. “La extrema derecha llama al repliegue, a la salida de Europa y del mundo, el mayor peligro es el proteccionismo” añadió antes de concluir en su decisión: “por mi parte, solo me anima el interés superior del Estado”.
 
Con Hollande, Fillon pierde a su rival más conveniente por impopular. El nuevo líder de la derecha cantó anoche victoria: “la renuncia admite que su fracaso manifiesto le impide ir más lejos, este quinquenio acaba en el desastre político y la decadencia del poder, más que nunca la alternancia y la recuperación deben ser construidas sobre bases sólidas”, dijo
 
En la última semana ha habido tensión entre Hollande y su primer ministro Manuel Valls por la cuestión de la elección. En una entrevista el fin de semana, Valls planteó la posibilidad de presentarse en las primarias contra el presidente. Tras el anuncio de Hollande, la atención está puesta en los próximos pasos que dará Valls.
 
Valls, que en los últimos días estaba dispuesto a dimitir para presentarse como candidato a la primaria socialista, saludó anoche, “el gesto de un hombre de Estado”. “Ha sido una decisión difícil, grave y madura, quiero transmitirle mi emoción, mi respeto y mi fidelidad”, declaró en una nota de prensa.
 
La izquierda se presenta profundamente dividida ante los comicios. Algunos nombres socialistas, entre ellos el ex ministro de Economía, Arnaud Montebourg, han dicho que van a participar en las primarias del partido en enero. Otro de los exministros de Hollande, Emmanuel Macron y el agitador de la izquierda Jean-Luc Mélenchon han dicho que van a postularse para las elecciones, sin participar en las primarias.
 
De momento el candidato más apoyado por la izquierda no es un miembro del Partido Socialista, sino un crítico acérrimo de la acción de gobierno de Hollande, Jean-Luc Mélenchon, que intenta recomponer la izquierda con un programa ecologista, enemigo del neoliberalismo y de las intervenciones militares en el exterior. El propio Valls va por detrás suyo en los sondeos.
 
La popularidad del presidente se vio perjudicada por una percepción de falta de liderazgo y su indecisión en cuestiones fundamentales, tales como la reforma fiscal o los problemas de seguridad: el país, actualmente bajo estado de emergencia, ha sufrido dos altamente mortales atentados en París y Niza. La polémica reforma laboral, que ha consternado a muchos de la izquierda, ha empeorado sus perspectivas.
 
Por lo demás, tres presidentes, de Gaulle, Mitterrand y Chirac, encadenaron dos mandatos consecutivos, otros dos, Giscard d’Estaing y Sarkozy no lograron ser reelegidos y un sexto, Georges Pompidou, falleció en el cargo en 1974.
 
Con su gesto uno de los presidentes más grises de la V República, sienta, por lo menos, cierto precedente de digno sentido común.
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