En septiembre del 2013 y después de cinco temporadas al aire, los fanáticos de Breaking Bad vieron el último capítulo de la serie estadounidense.
Antes de esa emisión final, la producción encabezada por su creador Vince Gilligan, señaló que habían considerado otros posibles finales, los que dio a conocer hace algunos días en una reunión para celebrar los diez años que han pasado desde su estreno.
Una de las opciones que se manejaron era que Walter White, también conocido como Heisenberg e interpretado por Bryan Cranston, muriera solo en una camilla de hospital, para demostrar que aunque aspiraba a ser el hombre más poderoso del mundo, era uno más, como todos los otros.
Así, una de las causas de su muerte iba a ser por un balazo, lo que haría que se arrastrara hasta el restaurante “Pollos Hermanos”, para morir debajo de una mesa.
Finalmente y como todos pudieron ver, falleció en uno de los laboratorios donde se fabricaba la famosa "bluemeth" la droga con la que creo su imperio.