Un estudio del McKinsey Global Institute (MGI), que cuenta con la participación de expertos en el departamento de Economía de Oxford y el Banco Mundial, ha concluido que alrededor de 800 millones de personas perderán sus puestos de trabajo en 2030 para ser reemplazados por máquinas.
El estudio prevé que cerca del 14% no encontrará nuevos trabajos. Esta porcentaje representa alrededor de 300 millones de trabajadores cuyos conocimientos quedarán obsoletos y no podrán reincorporarse en el mundo laboral o se encontrarán con muchas dificultades.
Los países más afectados por la automatización serán los más ricos en potencia como Estados Unidos, Alemania o Japón. En estos países el impacto lo sufrirá mayoritariamente la clase obrera porque comprobarán cómo se automatizan más del 20% de sus trabajos.
En otros países en vías de desarrollo, como India o México, el proceso de automatización será más lento, por lo que se estima que apenas un 10% de los puestos se verán afectados por la presencia de robots.
Los trabajos que corren más peligro debido a la automatización son aquellos que requieren de trabajo físico como operadores de grúas, maquinaria pesada, taxistas, camioneros o repartidores; así como personal de administración. Los nuevos trabajadores tenderán a la capacitación y especialización de trabajos generalmente cualificados.