Una de las esperanzas que nos dan de niños es que debajo de uno de los lados de los que emerge el arco iris hay un tesoro. Luego uno crece y se le parte el corazón.
A la única cosa que nos podemos agarrar es que el arco iris resulta que no es un arco. Sí, otra mentira, pero al menos la verdad en este caso es más fascinante.
Un vídeo grabado por un operador de grúa ruso, mientras trabaja en las alturas de un rascacielo de San Petersburgo, nos muestra el fenómeno fruto al completo: el arcoíris es una circunferencia. La curvatura de la Tierra nos impide apreciarlo en todo su esplendor pero, desde las alturas, ante nuestros ojos aparece el anillo.