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El viejo estilo selectivo del PRI, renace con renovadas formas

Pedro Cervantes Roque | 19/01/2020 | 16:16

EN SUS MEJORES TIEMPOS, EL PRI otorgó a sus presidentes de la República y gobernadores de los estados, el exclusivo derecho de descartar a quienes no fueran sus favoritos al momento en que la cúpula de ese partido debía tomar la decisión de nominar sucesor. Fue un derecho exclusivo de la alta clase priísta porque nadie más hubo que pudiera nominar o descartar a los personajes enlistados para pasar el filtro que muchas veces fue definitorio y definitivo para los políticos practicantes dentro de ese partido.

A PARTIR DEL PERIODO DE alternancia, puesto en práctica en la elección presidencial del año 2000, el mecanismo priísta perdió sustento y vigencia. Hoy, remodelado, el sistema reaparece en la 4T y veremos su efectividad o su fracaso el año próximo, cuando, con otros estados del país, se realicen las elecciones de gobernadores, diputados locales, diputados federales, presidentes municipales y ayuntamientos, en San Luis Potosí.

YA NO SERÁ LA VOLUNTAD DE UN solo individuo la que imponga candidatos, sino el acuerdo entre un presidente -que es líder reconocido- y los gobernadores que se van. Ellos podrán descartar pero sus propuestas no necesariamente serán aprobadas. Todavía no se da, en nuestro sistema político-electoral la nominación directa de un candidato con el respaldo de las membresías partidistas, ni siquiera en el PAN cuyas distintas corrientes radicalizaron sus propuestas hasta debilitar sus estructuras y perder la elección tras dos triunfos al hilo.

MORENA NO ES TODAVÍA UN partido con independencia de su líder y creador. La argucia de presentarse ante los ciudadanos para “la revocación del mandato” a los tres años de ejercicio, no pudo ser simultánea con la elección del 2021 porque las bancadas en las cámaras de Diputados y de Senadores no se alcanzó el visto bueno y tendrá que separarse del proceso electoral ordinario. Eso significa que el líder no podrá influir en los resultados electorales, y hoy se asoma un acuerdo político para llevar a las urnas los nombres de personajes previamente acordados entre la principal figura política del país y los gobernadores salientes.

EN EL TRASFONDO DE ESTE escenario existe una negociación que aspira a pactos sólidos, a la consumación de los nuevos formatos que todavía parecen improvisados, pero cuya tendencia coloca al país ante un nuevo mecanismo de selección de gobernantes, sin cambiar una coma de las disposiciones legales vigentes. Un siguiente escalón será la construcción de una nueva oposición, separada desde la raíz de lo que aquí planteo, aunque todavía no se vislumbra para cuándo el PAN pueda ser una opción real para los ciudadanos, si tomamos en cuenta sus fracasos recientes y la desbandada que esangra a todos los partidos.

ANTE LA FALTA DE CONSISTENCIA de las organizaciones y partidos políticos, el viejo estilo selectivo del PRI renace con renovadas formas fincadas en el acuerdo de la clase gobernante. Ya no importan las ideologías ni las siglas, importan los acuerdos para conducir nuevas figuras a las esferas del poder en México.