El doctor en Relaciones Internacionales, José Antonio Murgía Rosete, consideró que los acontecimientos ocurridos en Bolivia hicieron ver al expresidente Evo Morales como un “tirano barato” que, “aunque pudo retirarse con respeto”, “terminó en tragedia”.
En entrevista con Notimex, Murgía afirmó que la renuncia de Morales es un caso triste porque había mejorado las condiciones económicas y sociales de su país, pero su “ambición lo corrompió”.
Narró que luego de ganar Morales su primera elección en 2005 promulgó una nueva Constitución en 2009, donde posibilitó dos mandatos continuos, pero que en 2016 reformó de nuevo con la intención de hacerlo de forma indefinida, “porque se consideró indispensable en el mundo”.
Utilizó las autoridades judiciales, como el Tribunal Supremo Electoral (TSE), para considerar que limitarlo a dos periodos para el mandato presidencial era una violación a sus derechos humanos, lo cual fue “una aberración absoluta y la gente se lo cobró en las urnas”.
Murgía comentó que, desde su punto de vista, las irregularidades registradas en las elecciones presidenciales del 20 de octubre, donde resultó victorioso Morales, se debieron a que la oposición en una segunda vuelta habría podido ganar de forma legal. “Solito organizó su desgracia”, subrayó, sugiriendo que Morales y sus partidarios acudieron al fraude para agenciarse la victoria en primera vuelta.
Respecto a las opiniones divididas sobre si su renuncia fue un golpe de Estado, el doctor opinó que “fue él (Morales) quien alteró el orden y lo violó, el pueblo no se reveló para darle un golpe, sino que ejerció la legítima protesta para responder a una violación a las leyes bolivianas”.
Asimismo, Murgía justificó la petición del ejército a el expresidente para que dimitiera, por la reiterada posición del mandatario para reprimir las protestas. “Si hay alguien que violó las leyes fue él porque el ejército se negó a disparar contra el pueblo [...] no hay un golpe de estado”, aunque Evo Morales se presente como la víctima tras “caer en su propia trampa”.
Respecto al asilo de México, consideró que es legal porque la Constitución se lo permite. Sin embargo, “el Gobierno debe de aislarse de los regímenes que permiten este tipo de aberraciones o que son dictatoriales y violatorios de los derechos humanos”, sugirió.
“México se ha presentado como el aliado de Venezuela, Cuba, y de todos los gobiernos extremistas de izquierda y eso no es una buena imagen”. Incluso fue el primero en felicitar a Evo Morales por su supuesto triunfo en octubre, “aun cuando se habían destacado las violaciones electorales”.
El también especialista en Ciencias Diplomáticas consideró que entre más se deteriore la imagen de Evo Morales también se deteriora la imagen de México como protector, aunque destacó que ello es un problema de percepciones, sin visibles repercusiones políticas.
Murgía finalizó sus declaraciones estimando que las condiciones conseguidas por los gobiernos de Morales seguirán mejorando e incluso “crecerán, porque no es un gran problema si algo está bien encarrilado, llevarlo hacia adelante”. Sin embargo, reconoció, para ello es necesaria una pacificación entre oposición y seguidores del exmandatario.
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