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Mal diseño urbano entorpece movilidad peatonal, alerta experto

Agencia | 14/09/2019 | 10:08

La Ciudad de México está proyectada para privilegiar la movilidad de los automóviles, lo que la hace excluyente, pues más de 400 mil personas con discapacidad motriz y visual se enfrentan cada día a las malas condiciones de las banquetas, afirmó Guillermo Boils, académico de la Facultad de Arquitectura de la UNAM.
 
Parte del diseño urbanístico deficiente, que deriva en problemas de movilidad para peatones, son las banquetas rotas o disparejas, coladeras y registros sin tapas, rampas de estacionamiento, troncos y raíces de árboles, postes, cabinas telefónicas, herrajes de ventanas, medidores, automóviles y puestos ambulantes, entre otros obstáculos que los mismos ciudadanos colocan, indicó.
 
“El nuevo reglamento de movilidad señala que las personas con discapacidad tienen prioridad, después los peatones y al final los carros particulares, pero en la práctica no es así”, por lo que es una batalla diaria con los autos, aseveró en un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
 
Detalló que en el país, cinco millones 720 mil habitantes tienen alguna discapacidad; de ellos, 481 mil viven en la Ciudad de México y 408 mil padecen algún impedimento motriz o debilidad visual, y son quienes más sufren las dificultades y riesgos al caminar por las calles.
 
Acciones como la construcción deficiente de banquetas o de los accesos a cocheras, o plantar árboles y dejarlos crecer sin supervisión, son riesgos latentes, añadió el especialista de la máxima casa de estudios.
 
Algunas banquetas son lisas, cuando deberían ser rugosas para evitar resbalones, y su inclinación debe ser gradual, expuso el experto.
 
Además, no siempre se instalan guías para orientar a quienes usan bastón para saber dónde hay una esquina, una vuelta o dónde acaba la banqueta y comienza el arroyo vehicular.
 
Guillermo Boils enfatizó que es responsabilidad de todos convertir a la Ciudad de México en un espacio incluyente, donde sus aproximadamente nueve millones de habitantes puedan moverse sin contratiempos, con mayor eficiencia, sin importar la condición física y de salud.
 
“El problema es multifactorial: conciencia ciudadana, leyes, ética de funcionarios públicos y sentido de compromiso de los diseñadores del espacio público”, puntualizó.