Y usted no me dejara mentir amigo lector, que una vez que tenemos este ambiente de fiestas patrias, porque sin duda septiembre es el peor mes para ponerse a dieta; También la algarabía “del grito”, nos lleva sin duda a reflexionar que el año nuevamente está entrando a una fase de cierre y a preguntarnos necesariamente ¿qué fue lo que vivimos en este 2019?
Una parte que no dejara de ser siempre parte de este ejercicio, de estos renglones a los que agradezco de antemano su atención, es por supuesto el rubro de la seguridad. Una manifestación que no ha tenido precedentes anteriores, sobre todo en la percepción de los ciudadanos en el entorno en el que estamos viviendo cada quien, en la crisis de inseguridad, de incertidumbre por lo que se está haciendo en este aspecto. Pero ¿sabe qué? Se antoja que ahora aunque sean verdaderas frases chuscas las que escuchemos de la autoridad al hablar de este rubro tan grave , como Fuchi, Guácala o acuérdense de sus mamacitas, vayan a resultar más graves las consecuencias de no darse los resultados y sigamos solo con las frases o las ruedas de prensa.
La respuesta del ejercito una vez que ciudadanos nuevamente quisieron por la fuerza de palos y piedras hacerlos retroceder, es parte de lo poco que dura la paciencia de los cuerpos castrenses que ya están hartos también de estar siendo ninguneados por un gobierno que no sabe cómo manejarse para no perder popularidad. Lo ocurrido en Acajete en el Estado de Puebla, con presuntos huichicoleros, entre los que había hombres y mujeres, puede ser ya una reacción inequívoca de que todo tiene un límite y no es precisamente el gobierno de México ni la cuarta transformación la que está marcando la medida y es así donde pueden venir cosas perores, que no solo tienen que ver con los soldados, tendrán que ver, con los secuestros, cono los feminicidios, con la delincuencia en todos sus rubros y una ciudadanía a punto de explotar: las señales están dadas con un creciente número de linchamientos que son ya también una práctica común en varios estados de la república, incluyendo el nuestro san Luis Potosí .
Los cierres políticos y de administración también son importantes y una vez que los albores del año 2020 se comiencen asomar conforme avancen estos días, sin duda, lo que viene también para el gobierno de San Luis Potosí, con respeto a la relación tan propositiva que se ha logrado con el gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Si es verdad que se estén apoyando proyectos de desarrollo para un aeropuerto y se invierta en carreteras, pero también sin duda, un punto que no deja de ser una llaga que se mantiene abierta es la gran necesidad de empleo en el interior del estado, pues ello obliga a la migración anual y permanente de potosinos, de la zona Media y sobre todo del altiplano. Lograr con el apoyo del gobierno federal inversiones que generen empleo en las zonas con el apoyo del gobierno federal sería sin duda un objetivo que debe alcanzarse.
Se cumplen plazos también para la administración pública. Se vienen informes de administración, el de gobierno del Estado y el más inmediato es ahora el del Congreso de San Luis Potosí, que no dejara de ser interesante ante las eventualidades que han tenido que sortear para ponerse de acuerdo y ante divisiones que se han vuelto evidentes. Sin embargo Rolando Hervert, quien es aun el coordinador de la bancada de acción nacional se perfila como una posibilidad positiva para la Junta de Coordinación Política al tiempo que ha sido capaz de mantener una comunicación y un trabajo efectivo con los diputados de su bancada y del resto que integran la actual legislatura local. Puede ser.
Por eso aunque el año se nos escape entre los dedos como arena en la playa, no pierda la paciencia y esperemos que los pazos nos den la razón.
Hasta la próxima.
