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Las Rosarios Robles De Nuestra Administración Pública

Leopoldo Pacheco | 13/08/2019 | 16:30

Rosario Robles, una vez  trascendió en escándalo por haber sido una mujer engañada por un casanova al que favoreció en su momento; Carlos Ahumada, el argentino que ella metió al PRD y quien fue quien le entregó a Rene Berjarano, los “fajos y fajos de billetes”, que serían destinados a la campaña perredista en aquel naciente 2000; Una mujer que en su momento fuera la compañera de campaña del actual presidente de México Andrés Manuel  López Obrador y que ahora está vinculada a proceso por una situación no mas escandalosa pero si tal vez más triste. Una Rosario Robles, quien durante el sexenio de Enrique Peña Nieto fue titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), es el nuevo blanco del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pues la Fiscalía la acusa por el delito de ejercicio indebido del servicio público, hecho por el que fue vinculada a proceso este 13 de agosto.

¿A cuantas Rosarios Robles de la administración Pública usted conoce?

Y no por referirnos a una condición de género como la necesaria característica de una persona que dentro del ejercicio del poder puede ser objeto de acciones legales, de demandas, de traiciones, engaños, escándalos u “enamoramientos”. Y no hablamos de enamorarse necesariamente de una persona amigo lector. La ceguera de un amor incondicional y hasta políticamente suicida también se puede dar por una idea, por una creencia o hasta por un partido político.

Así que el némesis que muchos personajes que como Rosario, decidieron jugársela hasta el final, y ahora deba ser la pagana de los platos rotos de una administración que en su momento esgrimía la más alta responsabilidad en lo que refiere al ejercicio de un presupuesto dedicado a la política social, se puede traducir  en un montón de cosas si gusta usted. La primera y no deja de ser la más elemental  el estar en el lugar y en el momento más inadecuado, sobre todo si hablamos de tiempos políticos y electorales.

No podemos dejar de mencionar el caso de nuestra secretaría de ecología y gestión ambiental de gobierno del estado Yvett Salazar, quien pudiera ser la que en este caso se convierta en la que pague los platos rotos a raíz de una serie de señalamientos que se ciernen sobre su papel al frente de la SEGAM, y que la ponen en la posibilidad de un juicio político, que puede resultar en responsabilidades más graves de acuerdo a las denuncias por omisiones que se tienen en materia ambiental durante muchos años de acuerdo a lo que están impulsando varios grupos ambientalistas del estado, que no han dejado de señalarla durante los últimos meses. La gran pregunta y en muchos casos no dejo de ser tal vez una interrogante que no deja de dar vueltas en este aspecto es su todavía militancia dentro del Partido Verde Ecologista de México, situación que podría significar en un momento dado los clavos de la cruz de su crucifixión.   Pero eso aún queda en el imaginario político del estado si gusta usted amigo lector, pero es sin duda alguna una señal inequívoca de que las piezas de este ajedrez se están moviendo y cada día está más cerca el cambio de administración.

Otra que no deja de llamar la atención en torno a los apetitos políticos que suponen un gobierno más consolidado con la ciudadanía, está pasando  por un momento, no tan afortunado en términos de percepción. Y es que déjeme comentarle que en el caso que refiere al juicio político que está promoviéndose en contra el alcalde capitalino Xavier Nava, deja como epílogo al momento, todo aquello que se supone debiste crear en vínculos con la ciudadanía para no dedicarte a ningunear ni a considerar enemigos pequeños o pelearte con todo el mundo, asolado paradójicamente por la sombra de los antecesores a este proyecto municipal y que son los Gallardo sin duda.

Las ambiciones políticas se pueden esfumar en un tronar de dedos, cunado los cimientos del camino que has recorrido son tan endebles que con el más mínimo soplido todo lo bueno se desaparece.

HASTA LA PROXIMA.