Ante la fallida investidura presidencial de Pedro Sánchez, el 25 de julio pasado, y el estancamiento de las negociaciones con la coalición de izquierda Unidas Podemos, el rey de España, Felipe VI, consideró que “lo mejor es encontrar una solución antes de ir a elecciones”.
En el marco de una sesión fotográfica en los jardines del palacio de Marivent con su esposa, la reina Letizia y sus dos hijas, Leonor y Sofía, celebrada el domingo, el monarca confió que “haya un margen” para que las fuerzas políticas a quienes los ciudadanos les dieron su voto en los comicios de abril pasado “puedan encontrar una solución de Gobierno”.
El rey agregó que se mantiene atento de la situación política, a través de los medios de comunicación y su comunicación con la presidenta del Congreso, Meitxell Batet, porque “en cualquier momento dentro de los dos meses previstos puede haber noticia”, y anotó “tenemos experiencia”, de acuerdo a un despacho informativo del diario El País.
Se prevé que el miércoles próximo, el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez, viaje a Palma para sostener una reunión con el rey Felipe en el palacio de Marivent.
A fin de lograr acuerdos y alcanzar un programa de gobierno para presentarlo como propuesta a Unidas Podemos, Sánchez sigue reuniéndose con diversas organizaciones y fuerzas políticas, como la que sostendrá la semana del 19 de agosto en Bilbao con representantes del Partido Nacional Vasco (PNV).
Sánchez busca el apoyo de los nacionalistas, dirigidos por Antoni Ortuzar, toda vez que en las dos votaciones efectuadas en el Congreso esa fuerza política se abstuvo.
En tanto, en el marco de un evento en Santander, el secretario general del Partido Popular, Teodoro García Egea, planteó el cambio de candidato del PSOE, al considerar que “el bloqueo se llama Pedro Sánchez”, pues “si ni siquiera Podemos, ni Pablo Iglesias se fían de él, que deje paso a otro candidato, que deje paso a otro nombre”.
Representantes del PP afirmaron que en ningún caso negociarían su voto en contra por la abstención que pudiera facilitar la investidura de Sánchez.
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