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ESPACIO DE REFLEXIÓN

Dr. Jaime Chalita Zarur | 04/08/2019 | 16:01

Cuando hay una tormenta, los pajaritos se esconden pero, las Águilas vuelan más alto.
Mahatma Gandhi.

La voluntad política de mejorar, tiene y, debe partir de la sociedad en búsqueda de lo que nos sirve a todos y, no solo de lo que les sirve a quienes traicionan los más nobles fines de quienes sí, deseamos un País de progreso y armonía. No sólo el sector público es culpable también quienes pueden caer en sus garras.

En nuestra sociedad, quienes la formamos en lo general, estamos artos de lo que hemos vivido, pero igualmente lo que se vislumbra en adelante para los mexicanos. La separación o, ausentismo en la relación gregaria, nos ha dañado. Las comunicaciones interpersonales, se ha quebrado. Persona a persona, una forma de comunicarse que habría que retomar.

¿Más muertes violentas? ¿más violaciones? ¿más feminicidios? ¿menos economía? ¿menos medicamentos? ¿menos atención a la salud de los mexicanos? ¿Habría educación de calidad? ¿Habría habitación digan para los mexicanos? ¿Sueldos sustentables en línea de bienestar? Y, todo ello, que respondan a la cultura del trabajo y esfuerzo, la misma que deberíamos fomentar. Así, la lista podría ser históricamente interminable, pues esto no inicia en esta administración Federal.

De esta manera ha sido la historia de nuestro País y, de quienes vivimos en su Continente. La indiferencia está por todos lados, la despersonalización ciudadana es asombrosa, la costumbre de cada día anochecer o, despertar, con noticias que ya no lo son, con diferentes formas de morir o, ser asaltados, ya no nos asusta o, indigna, solo pensamos en que cuando menos en el día que transcurre, lo pudimos salvar sin que nos sucediera algo desagradable en lo personal o, a nuestros seres queridos.

Reconocer que socialmente no hemos hecho lo suficiente para componer nuestro destino, es honesto, difícil de aceptar si, pero, así se ve cuando menos. El trabajo que nos espera es enorme, quizás descomunal, pues lo que hemos dejado de hacer ya acumula muchos años. En las tormentas las Águilas vuelan más alto y así, habría que crecerse ante la adversidad.

Los mexicanos en lo general, hemos estado atrapados en la aspiración de ser, soñando pero sin materializar, además, sin una cultura del trabajo y esfuerzo, nos atrapa la derrota. En la espera de lo fortuito que ayude a mejorar la condición de las personas, perdemos y nos confrontamos por tener o, querer tener, sin ser dueños de lo que deseamos, pensando que nunca seremos descubiertos.

Muy complicado aceptar nuestra corresponsabilidad social, aún cuando sea complicado debería ser. El desarrollo del ser humano y el descubrimiento de su potencial intelectual, no entra en el comportamiento cotidiano de todos. La civilidad se aparta de nuestro entorno. La tecnología se combinarte en aliada de lo perverso.

Hoy la Republica Mexicana está mal en su componente humano, vamos, social, las formas propias y valores, dicho hasta el cansancio, se han quedado sólo en la oratoria pero, no en su recuperación en la practica cotidiana.

La corresponsabilidad desde la familia y desde el lugar donde desarrollamos nuestra actividad, la que sea, debería ser proyectada en beneficio a la comunidad. La conciencia de ser parte de un todo, quizás no está clara en muchas personas. Las propuestas de mejoría, de quien vengan, más tardan en hacerse de alguna manera publicas que alguien, descalificarlas y, lo peor, sin propuesta.

Parece que la sociedad se ha vuelto contra de sí misma o, se provoca desde algún poder en beneficio de otros que no sea el grueso de la población. La conciencia colectiva en beneficio de las mayoría, es imprescindible y vital que regrese a nosotros.

@jaimechalita