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salud

Como super el Síndrome de la última cena

Agencia | 01/08/2019 | 00:10

¡Ya no más!... Este lunes empiezo la dieta.... Y ese lunes, nunca llega, y cuando ya estas decidido, pasas el fin de semana, disfrutando de aquellos antojos que están muy alejados de lo saludable, como a manera de despedida ya que puede ser la última. A esto se le conoce como el Síndrome de la última cena.

 

Muchas personas que planean cambiar su plan de alimentación, se ven atrapados en este circulo vicioso, conducido por el miedo a la restricción, la culpa y el fracaso. Cuando estas a punto de ponerte en un estado famélico, ¿Cómo podrías no permitirte un ultimo festín?

 

Esta errónea y dañina creencia conduce a que comamos como si jamás volviéramos a comer aquellos alimentos que nos gustan. Lo que sucede con la última cena, es que después del atracón del fin de semana, la culpa y el diálogo interno negativo acompañan nuestra mañana siguiente y te restringes de comer toda esa "mala" comida hasta que alcances tu objetivo.

 

Y algo muy cierto: "Si el miedo y el fracaso dirigen nuestras acciones, ¿Cómo será posible conseguir el éxito?"

 

Con estos pensamientos, darás comienzo a tu "dieta" con las restricciones impuestas, sobre alimentos buenos y malos, lo que deberías o no deberías comer... hasta que llega el punto en el que las negociaciones empiezan.

 

Como has cumplido con tus restricciones y posiblemente hiciste algo de ejercicio, todo ese esfuerzo merece ser recompensado ¿verdad?... Y de nuevo aparecen los alimentos prohibidos. Cuando nos privamos de algo, más lo deseamos. Caemos nuevamente en el circulo de culpa y negatividad por haber sucumbido a los antojos.

 

¿Cómo podemos ponerle fin a este ciclo restrictivo del comer?

Si las reglas de tu dieta restrictiva no están siendo exitosas y la fuerza de voluntad falla en presencia de las reglas, ¿Cómo alcanzaremos nuestras metas? Cuando el hambre no es la razón por la que se come, alcanzar la satisfacción es casi imposible.

 

Entonces... simplemente retira esas absurdas reglas, ponle fin a esa dieta restrictiva, deshazte de mitos de la alimentación, salidas fáciles, suplementos, limpias y todo lo milagrosos relacionado con las dietas. En su lugar empieza a comer conscientemente , lleva una dieta correcta en la que puedas disfrutar de esos antojos de manera saludable, es decir en porciones adecuadas.

 

Muchas veces comemos emocionalmente, lo que significa, que comemos por una razón diferente a tener hambre, comemos por estrés, tristeza, ansiedad, preocupación o aburrimientos. Si tenemos esos sentimientos, simplemente busquemos la solución en un lugar diferente que no sea la cocina.

 

Recuerda, no hay alimentos buenos ni malos, lo malo son los excesos. Lleva una relación saludable con la comida, disfruta conscientemente de cada bocado y busca actividades para ejercitarte.