Jueves 28 de Marzo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Que el regreso a clases sea feliz para todos

Agencia | 24/07/2019 | 14:51

Karina Carranza - Psicóloga educativa y terapeuta de Artes Expresivas del centro Polila.

 

En esta época en que estamos enfocados en todo lo que nuestros hijos necesitan para el primer día de clases y nos la pasamos corriendo para hacer trámites y papeleos, comprar los útiles de la lista, alistar el uniforme, organizar las loncheras y hasta lustrar los zapatos; hagamos una pausa para pensar en lo que sucede en casa.

 

Para muchos padres surgen sentimientos encontrados con respecto a la vuelta al colegio. Por un lado, saben que de alguna forma se acaba la diversión del verano y la posibilidad de pasar más tiempo con ellos. Por otro, los niños volverán a su rutina (o la empezarán) y seguirán un horario que los mantendrá ocupados por un porcentaje significativo del día.

 

Si bien esto último suele ser un alivio para los padres, el regreso a clases suele generar cierto estrés, pues sabemos que se pueden venir algunos días difíciles en el hogar hasta que todos estemos readaptados a los deberes. Así que a continuación presentamos algunos consejos que podemos seguir para acompañar y hacer más amable esta transición:

 

• Restemos tensión a las mañanas desde ya. Que los niños empiecen a despertarse más temprano para, llegado el inicio de clases, contar con suficiente tiempo para que el paso de la casa al colegio suceda de manera fluida. Practicar la rutina de la mañana en los días previos puede ser útil.

• Reforcemos su autonomía y la capacidad que tienen de resolver ciertas tareas, como alistar su mochila o decidir con nosotros qué llevar en la lonchera. Comentemos qué esperamos de ellos.

• Anticipemos y dialoguemos sobre los cambios que se irán dando para acoger y validar las emociones e inquietudes que se despierten en nuestros hijos.

• Cuidemos que nuestros comentarios refuercen actitudes positivas hacia el colegio. Compartamos experiencias propias que los alienten en la vuelta a las clases. Pensemos, por ejemplo, que la escuela fue para nosotros un espacio en el que descubrimos amigos que ahora se sienten como familia, temas que nos interesaban, juegos y deportes para aprender del error y lecciones académicas y sociales importantes que nos dieron forma.

 

Recordemos, finalmente, que nuestros hijos no “tienen que” ir al colegio, sino que “pueden” hacerlo, ya que gozan el privilegio de acceder a una educación en un espacio donde son cuidados y donde pueden desarrollar sus recursos.