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Claves para desconectarse y disfrutar del verano

Agencia | 22/07/2019 | 13:34

La vida laboral, que tantas satisfacciones nos puede llegar a dar , también conlleva unos costes. Uno de ellos es el desgaste a final de año y la carga mental acumulada. Por eso hay que saber desconectar en vacaciones, desengancharnos de nuestras tareas automáticas y recargarnos para poder volver a la carga en septiembre. Con estas claves tendrás asegurado tu merecido descanso.
 
Deja absolutamente todo cerrado
 
Las vacaciones han de suponer un compartimento estanco y hermético al trabajo. Para lograrlo, deja todo atado. Lo que no puedas cerrar, aplázalo para la vuelta, o bien delégalo. Pero ¡delégalo completamente!
 
Irse con temas pendientes es lo que no nos permite desconectar al 100 por ciento. y nos genera esa intranquila sensación de "inconclusión", y de "deber".
 
Si ves que no puedes con todo, al menos cierra los asuntos más importantes.
 
Busca espacios ideales para tí 
 
En vacaciones, date un respiro con la autoexigencia. La indulgencia es sana. Y cuando tenemos mucha carga a lo largo del año: objetivos profesionales, responsabilidades familiares, vida social, querer cultivarnos intelectualmente, estar en forma, mantener viva nuestra relación de pareja... y demás malabarismos, la inercia hace que nos mantengamos con ese nivel de auto presión y no abandonemos las ansias de control, que tanto estrés nos generan.
 
No intentes llegar a todo. Relájate. Ir a la playa no tiene que ser una maniobra impecable. No te preocupes tanto por que todo vaya perfecto y ocúpate de estar bien tú. Pon el foco en tu serenidad, en tu reparación física, mental y emocional e incluso en tu diversión.
 
Sé indulgente contigo misma y haz solo aquello que favorece tu bienestar. Si no quieres comer con tu suegra todos los días, no lo hagas. Negocia. Si no quieres salir a cenar con los mismos amigos día sí día no, sé asertiva. Protege tus espacios. Además, ¿quién dijo que hay que hacer todo juntos?
 
Explícales a tus hijos que mamá necesita descansar y que respeten esos tiempos. Dile a tu pareja que te apetece dar un paseo sola por la playa por la tarde o que querrías salir a desayunar a tu aire al menos un par de días a la semana. Túrnate, llegad a un acuerdo y priorízate.
 
Acuérdate que en vacaciones no hay obligaciones, solo disfrute y reparación. Si en tus vacaciones hay obligaciones, es que no lo son. Has trabajado mucho durante mucho tiempo. Te mereces un descanso y ¡no es sano -ni productivo- cogérselo "a medias"!
 
Desconéctate de las redes sociales 
 
No consultar temas de trabajo durante tus vacaciones no hará que te vuelvas menos lista.
 
Respecto a las redes eminentemente sociales, deja de mirar por la mirilla de la pantalla las vacaciones del vecino. Desmárcate de la competición de quien tiene las vacaciones más cool. 
 
Sé inteligente y usa tus días libres para sumergirte en ellos. Olvídate de observar la vida del resto, -y menos aún de subir fotos para obtener la validación de los demás-. Los mejores momentos son los que no hay en medio una cámara y estamos tan presentes de disfrutarlo que ¡nos olvidamos de hacer fotos!
 
Vuélvete analógico 
 
Haz lo posible por no llevar el ordenador al lugar de vacaciones. Deshabilita la opción email en nuestros smartphones. Consulta el email como mucho una vez al día, y mejor por las mañanas, para tener el resto de la jornada libre. Apaga el móvil, ponlo en modo avión o quita los datos móviles y ¡respira!
 
En libros y Prensa, vuelve al papel. Evita leer artículos y noticias que tienen que ver con tu trabajo. Haz que tus hijos jueguen más entre ellos y aparten también las tabletas y móviles para distraerse.
 
Nuestras vacaciones pasan mientras nosotros estamos encorvados mirando nuestro dispositivo. Levanta la vista y disfruta del mar, de la montaña y del momento presente.
 
Pasa mucho tiempo no haciendo nada 
 
La contemplación y el "no hacer nada" son tremendamente beneficiosos para nuestro cerebro. El hecho de quedarnos mirando un paisaje, estar balanceándonos en una hamaca o salir pasear tranquilamente sin pensar en nada, hace que nuestro cerebro descanse y a la larga seamos más creativos. Bajar la actividad intelectual provoca en nosotros que encontremos soluciones a temas que nos intranquilizaban.
 
Descansa tu cuerpo y mente
 
Duerme ocho horas, échate una siesta siempre que lo necesites, date un paseo por la playa, practica algo de deporte al aire libre, elige alimentos frescos y alcalinos -aunque algún día te des un capricho-, busca espacios de soledad para relajarte y conectarte contigo mismo.