Filiberto Juárez Córdoba | 11/07/2019 | 18:01
EN SU DEFINICIÓN ELEMENTAL, corrupción es la acción y efecto de corromper o corromperse. Corromper, es un verbo transitivo que en su primera acepción significa alterar, dañar, podrir. También es echar a perder, depravar las costumbres, pervertir o cohechar. Corrupción es una palabra de aplicación política muy usada y un arma para descalificar adversarios. En las actuales circunstancias la corrupción es la base del discurso político. La corrupción era la costumbre de los anteriores gobiernos pero en el actual eso ya se acabó. Buen recurso decir eso para que la gente sepa que ya hay una transformación. En los hechos, sin embargo, hay muchas pruebas de que muchas cosas se alteran, dañan o se pudren, por las acciones de la administración pública que ya acabó con esa acción y efecto. La carta que publicó con motivo de su renuncia como secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, revela hechos concretos que pueden calificarse de corrupción. Aunque el presidente siempre dirá que tiene otros datos, las evidencias afloran y hay que darles algo de crédito e investigarlas.
AL PRESIDENTE NADIE le renuncia, era la regla elemental de la política mexicana, que se replicaba en el caso de los gobernadores. El mandatario hacia ajustes, cambios, enroques, remociones y en algunos casos anunciaba que, por motivos de salud, alguno de sus colaboradores había tenido que separarse del cargo. A veces, dicen, el actor de los hechos hasta que se enteraba del anuncio de su separación se daba cuenta que estaba enfermo. Así eran las cosas y todos las entendían, López Obrador, ya dijo que eso era antes, ahora las cosas cambiaron, Carlos Urzúa le renunció y denunció por qué, después de eso se acaban de dar cuenta que era neoliberal, fifí y enemigo de la cuarta transformación.
PERO EL PRESIDENTE no está solo en eso de alterar las cosas. Los morenistas de Baja California, conforme a la ley, ganaron la gubernatura del estado, con Jaime Bonilla Valdez como candidato. Según la convocatoria aprobada por las instancias electorales, la elección fue para cubrir un periodo de 2 años, por la necesidad de empatar procesos electorales. Entonces fue legal y legítimamente electo para dos años. El MORENA también ganó la mayoría en el Congreso del Estado, aprovechando eso, los diputados locales decidieron ampliarle el período a su correligionario y por mayoría determinaron que sea gobernador por 5 años.
BUENOS SALIERON para saltarse las leyes y la voluntad popular, pero muy cortos de miras. Si se decidieron a jugarse ese boleto de una buena vez lo hubieran nombrado gobernador vitalicio, perpetuo o, de perdido, hasta que la 4T concluya, total les costará lo mismo. Falta la aprobación de los ayuntamientos pero siendo también morenistas, eso no será ningún problema. El aguafiestas es el gobernador, Francisco Vega de Lamadrid, quien anunció que no publicará, en el Periódico Oficial, la reforma por considerar que hay que hacer valer “la voluntad de los ciudadanos expresada el pasado 2 de junio, en la que se votó por una gubernatura de 2 años”. El gobernador espera que se promuevan recursos para que se corrija esa ilegal decisión. Una controversia constitucional podría ser la solución.
CON LA NOVEDOSA novedad que la esperanza de vida para los potosinos ya es de 74.8 años, 75 con el redondeo, según el secretario técnico del Consejo Estatal de Población, Cuauhtémoc Modesto López. La cifra parece buena, siempre y cuando esa esperanza no resulte como la esperanza de México que nos ofrecieron en las elecciones. Bueno, sea como fuere, eso significa que tenemos mejores condiciones de salud y muchos se han sentir motivados por esa expectativa. NOSOTROS DECIMOS:
Hablando con la verdad
No todos se emocionaron,
A los mayores de esa edad
¿Qué esperanza les dejaron?
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