Repoblar el centro, sí, ¿y los coches?

Ayer, el diputado Héctor Mauricio Ramírez Konishi envió un boletín para dar a conocer el avance que han tenido las pláticas entre la comisión de desarrollo territorial del Congreso del Estado y entidades de gobierno de la Ciudad de México y otras organizaciones con el fin de materializar acá un proyecto de rescate del centro histórico de nuestra ciudad con la aplicación de ideas y acciones que ellos, allá, han realizado antes con iguales propósitos. La meta, según entiendo, es “repoblar el centro”.

Lo primero que se me viene a la mente es imaginar cómo fue que se despobló y por qué causas. Sin resolverlas, primero, esas causas no dejarán de ser motivantes para no volver. Una de ellas, la más importante, los precios de las viviendas y de los edificios que alguna vez fueron habitaciones y que hoy son lo mismo bares, cantinas, antros, restaurantes, tienditas de todo un poco, despachos, consultorios, etcétera.

La primera imagen que uno evoca es la de los servicios para vivir en calma, en santa paz. Agua, luz, teléfonos, siempre han sido surtidos con oportunidad. Y el gas para cocinar, para el aseo, debe llegar cotidianamente  si no, no me explico cómo funcionan las taquerías, los restaurantes, las torterías y un montón de etcéteras. Entonces, ¿cuál sería la causa?

Cuando la zona centro se desconcentró en estampida otras debieron ser las causas. Por ejemplo, lo costoso de las reparaciones. Las casas viejas, nuestras casas viejas, reclamaron reparaciones más caras que lo que costaba una casita en las colonias periféricas. Ahora esas casitas están incomunicadas, carecen de agua suficiente, pululan pandillas y ladrones y dieron pauta para que decenas o cientos de “cerradas” surgieran como las modernas vecindades que hace mucho existieron en el centro que hoy se quiere repoblar.

Ora bien. Si uno investiga quiénes son los dueños de la zona despoblada del centro, encontrará que no son muchos. Claro, compraron barato y hoy planean vender caro. Eso va a ocurrir. Lo verá.

San Luis siempre fue una ciudad de rechazo. Los jóvenes se fueron a Chicago, Los Ángeles, Houston, etcétera, porque en Estados Unidos encontraban mejor destino. Gracias a las remesas todavía gastamos mil millones de dólares al año y gran número de familias tiene para vivir sin apremios.

Pero la propuesta de Ramírez Konishi no es la única. Varios personajes hablaron antes que él del asunto. Sin embargo, reconozcamos que el tema se mantiene vigente gracias a que hay una preocupación que bulle en algunos sectores.

Repoblar el centro, sí, ¿y los coches?

Ya no trabajamos ni estudiamos en el centro. Ya no vamos al mercado como antaño, a pie, con bolsa de ixtle, con canasta de palma o de bejuco. Hoy se va a la plaza y sin carro no hay capacidad humana de cargar con bolsas y menjurjes para una semana o una quincena. ¿Qué hacer?

La verdad es que hemos de pensar un proyecto más completo. Más global porque esta ciudad no es solamente el centro ni solamente la periferia. Las soluciones aquí no pueden ser parciales, por sectores o por colonias. Se requiere un reordenamiento urbano completo y el principal obstáculo somos todos. Nadie quiere dejar lo que tiene ni acepta transferir su residencia a otro sitio. Si no estamos locos.

Aplaudo, pues, la iniciativa del diputado Ramírez Konishi, pero es hora de que, entre todos, digamos qué queremos, veamos si podemos, y luego actuemos. ¿Se podrá?

pedrocervantesroque@yahoo.com.mx