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Altas temperaturas e insomnio, dormir en la noche tropical

EFE | 01/07/2019 | 23:29

Primer aspecto a tener en cuenta en una noche tropical, resulta prioritario que la temperatura del ambiente en la habitación donde se duerme sea inferior a 25 grados para facilitar el descanso.

 

Así empieza sus consejos el doctor Rafael del Río, director de la Unidad de Neurofisiología y Trastornos del Sueño del grupo de hospitales Vithas Internacional de Madrid.

“La temperatura corporal es uno de los factores críticos que posibilitan la conciliación y estabilizan el sueño durante la noche y mantener una temperatura suficiente baja supone un auténtico reto para nuestro organismo”, señala este especialista.

 

El organismo tiene mecanismos para manejar los cambios del entorno y mantener los niveles adecuados de temperatura, a través de la sudoración, vasodilatación, bajada del ritmo metabólico, etc.

 

Cuando la temperatura exterior es alta, como sucede en la noche tropical, el cuerpo se ve obligado a poner estos mecanismos en marcha con el fin de disipar el calor interno; algunos de ellos dificultan el sueño y la eficacia de conseguirlo.

 

“Es un problema que se convierte en un factor disruptor de nuestra salud en cuanto que es capaz de alterar la estructura del sueño y el horario de nuestros ritmos circadianos. Además, afecta en mayor medida a pacientes que ya presentan un trastorno del sueño previo y también a otros pacientes que presentan otras patologías”, apunta el doctor Rafael del Río.

 

Conciliar el sueño en la noche tropical: recomendaciones

 

Si bien es cierto que cada persona muestra un nivel diferente de adaptación a estas altas temperaturas, en general durante el verano se descansa peor. El Dr. del Río recomienda pautas que ayuden a facilitar el descanso:

  • Un aspecto crítico se refiere a los horarios durante el verano. Debe tenderse a restringir el tiempo en cama, a ser posible no echar siestas y no permanecer despierto en la cama nunca demasiado tiempo.
  • Intentar mantener la casa fría (ventilador, aire acondicionado) y la humedad ambiental, especialmente en climas más secos. Respecto a la temperatura, lo ideal es crear un clima templado durante el día en la propia habitación para no tener que depender de la climatización durante la noche, ya que plantea también el problema del ruido, la sequedad o una caída excesiva de la temperatura, que también puede causar despertares. En cualquier caso, resulta prioritario que la temperatura del ambiente sea inferior a 25 grados.
  • Si no es posible mantener el entorno por debajo de estas temperaturas puede reforzarse la refrigeración mediante medidas físicas, como paños mojados, ventilación, o contacto con objetos fríos.
  • Conviene seguir la rutina habitual a la hora de ir a la cama, con unos horarios regulares para acostarse y levantarse, y mantener puntuales los factores de encarrilamiento, particularmente la exposición a la luz durante la mañana y no prolongar el día excesivamente mediante luz artificial, resulta esencial.
  • Utilizar ropa ligera y cómoda, con tejidos que faciliten la transpiración.
  • Mantener un buen nivel de hidratación y cenar ligero.
  • Evitar el ejercicio físico justo antes de acostarse.
  • Darse una ducha tibia, ya que el agua fría sobrecalienta el cuerpo.