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AMLO se compromete a proteger la Sierra de San Miguelito

Plano Informativo | 25/05/2019 | 14:53

 

San Luis Potosí, SLP.- El objetivo era claro y conciso. Juan Manuel Carreras ha logrado estar dentro del grupo elite y de los preferidos de Andrés Manuel López Obrador. La petición no causó sorpresa, pero si aplausos. Los primeros minutos fueron tensos, pero con aplomo el mandatario mostró su respeto por el trágico accidente de los marinos en la Sierra de Jalpan, los ánimos fueron tomando el camino adecuado.

El presidente estaba sonriente, contento. El primer tramo de la gira lo llevó a Pinos, Zacatecas. En un ambiente relajado y a tiempo las miradas se apostaron hacia el edificio de la Universidad, el antiguo Instituto Científico y Literario que es parte de la historia misma de San Luis Potosí.

AMLO se veía animado, Carreras junto a él y los demás integrantes del sequito que recibían las propuestas y abrazos, selfies, peticiones, en fin. Al entrar en Plaza de Fundadores se escucharon los gritos y consignas: “San Miguelito si, Fraccionamientos no”, reclamo vigente por los recientes incendios que han consumido enormes dimensiones de patrimonio ecológico que tiene que ser cuidado para su recuperación.

A pesar de la potencia de los gritos combativos para medir fuerzas políticas que parecieron hacer enfurecer al amado por el pueblo, López Obrador seguía recibiendo abrazos y Carreras se mantenía firme con una visión clara.

Llegaron las presentaciones y todo parecía estar dentro de los rituales acostumbrados, tomo la palabra y la sentencia estaba dictada: “pido su apoyo para proteger y preservar la sierra de San Miguelito, un espacio ecológico que está en el corazón de todas y todos los potosinos”.

No había más palabras, todo quedó bien planchado. La emoción del gobernador era evidente, era un volado: o si, o no. Pero hubo un respaldo unánime, de esos que llenan de emoción porque, como dijo, la Sierra de San Miguelito está en el corazón de los potosinos, y si, lo está.

Se vinieron las participaciones y agradecimientos y fue el turno para el presidente, al por fin presidente de México, a quien el destino lo trajo a San Luis en el momento indicado, justo cuando se quema la sierra, justo cuando héroes con hélices dejaron su alma combatiendo el fuego, justo cuando los gritos eran ensordecedores, justo.

López Obrador es un mago de la palabra y de las masas. A pesar de su lento hablar sabe lo que tiene que decir y a quién se lo tiene que decir. Habló de lo que siempre habla, dijo lo que todas las mañanas dice, pero en la mañana, al llegar al aeropuerto, lo anticipó: “en la tarde hablaré de cosas importantes”.

Y si, tenía algo importante que decir. Primero dijo que se llevaba bien con el gobernador, pero eso es obvio, le levantó la mano en señal de respaldo, pero, antes que nada, de amistad. Habló de las universidades, ya lo había dicho; hablo de los programas de reforestación y también ya lo había dicho antes, habló de los programas y también ya lo había dicho, pero lo que quedaba en el aire era esa poderosa petición, ¿Y la sierra?

Pero el Ejecutivo es astuto y sabio. Y sabe que los potosinos necesitamos saber que está con nosotros. López Obrador sabe cómo ganarse al pueblo, pero sabe perfectamente cómo responder a una solicitud tan justa.

El momento será parte de la historia de San Luis porque no hay algo más importante que ver a futuro aprovechando el momento, y ese momento fue para la Sierra de San Miguelito, fue el momento en que Andrés Manuel lo sabía y era el hacer historia, y esa es la historia de San Luis. “Vamos a hacer todo para proteger y cuidar la ecología y a San Miguelito”, así de claro.

La euforia era casi futbolera, las emociones eran efervescentes, pero justificadas. Todos, así, todos sabíamos en ese momento que era necesaria esa declaratoria, una declaratoria justa, una sierra que es patrimonio de todos, de nuestros hijos, es nuestro pulmón. Andrés Manuel y Juan Manuel también lo saben.

Es justo esperar los trámites, pero que ahora parecen solo cuestión de tiempo para llegar a este objetivo, el que Carreras tenía mientras caminaba entre los gritos, el objetivo que sabe que todos los potosinos tenemos, bueno, algunos no, y que es preservar nuestro entorno ecológico.