Desde que el profesor Carlos Jonguitud Barrios decidió que se emprendiera la pavimentación del río Santiago se generaron ideas y proyectos encaminados a convertir el bulevar en que se convirtió en uno de los ejes principales de la movilidad urbana aunque entonces se limitaba a señalarla como circulación vehicular, lo que con el tiempo se logró en gran parte aunque haya sido a costa de verse como un barril sin fondo por las carretadas de millones de pesos que se le han invertido, tanto en la ampliación de la vialidad como en las obras complementarias que se le han agregado de tal suerte que también se originó que los funcionarios encargados de las dependencias responsables de las obras pasaron a ser, de medianos profesionistas a auténticos potentados propietarios de grandes fortunas que les permiten tener aviones y grandes y prósperos negocios.
Desde su inauguración el mencionado bulevar, fue visto, con toda razón, por los gobernadores en turno como la base posible de la solución a los problemas de movilidad de la ciudad luego de la espléndida conexión terrestre del oriente con el poniente por esa vía.
Primero pudieron conectarlo con la carretera 57 y darle varias salidas por los cuatro puntos cardinales aunque ya con el periférico construido nuestros gobernantes empezaron a pensar en ampliarlo hasta esa vialidad lo que obligó a destinar para tal empresa ciento de millones de pesos de los que no pocos fueron a dar a los bolsillos de los funcionarios encargados de la asignación de los contratos de obras como producto de los ya conocidos “moches” lo que provoca escozor a los sobrevivientes de aquella bonanza cuando se toca el tema.
Ahora que el gobernador Juan Manuel Carreras López y el alcalde capitalino Xavier Nava Palacios dieron a conocer el proyecto conjunto de terminar la ampliación del bulevar hasta el periférico mediante una inversión superior a los 600 millones de pesos, no faltan los que expresan sus temores respecto de que las intenciones expansionistas de la vialidad vuelvan a convertir en botín de funcionarios uno de los proyectos viales más importantes de los periodos de ambos dado que en las dependencias responsables de su ejecución subsisten funcionarios que fueron responsables de algunas etapas de su ampliación por lo que, decíamos, se le llamó “barril sin fondo” a los que se debe advertir que estarán bajo la lupa de los dos pues de su manejo honesto y eficiente
depende que llegue a buen puerto un proyecto dirigido a resolver en gran parte los conflictos de movilidad que padecen diariamente miles de conductores de vehículos en su traslado oriente- poniente o a la inversa, el caso es cuidarles las uñas pues.
CABOS SUELTOS
Decepcionó que en vez del homenaje que merece el extinto líder civilista Salvador Nava Martínez en su aniversario luctuoso haya imperado el fin de llamar la atención con acciones fuera de tono y una escaza presencia de navistas auténticos.