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Por muy mal que se porte, no le pegues a tu hijo

Agencia | 14/05/2019 | 00:35

¿Qué harías si un desconocido le pega a tu hijo? ¿Si un policía te golpeara por cometer una infracción? ¿Si tu pareja te pusiera una mano encima? ¿Si tu jefe te diera una cachetada por no entregar algo a tiempo? ¿Aprobarías estas formas de violencia?

 

Toma en cuenta que todos los niños hacen travesuras y que les toma tiempo aprender a comportarse de una forma correcta, pero de ti depende, eliminar la violencia en casa.

 

Cuando le pegas a tu hijo…

Le enseñas que cualquier persona puede pegarle.

Que no merece respeto.

Que los más fuertes tienen derecho a imponer su voluntad.

Que no sirve platicar, porque todo se resuelve a golpes.

Que los golpes son muestras de afecto porque es “por su bien”.

Las amenazas, golpes y gritos te quitan autoridad.

Generas desconcierto en el niño y una atracción por el conflicto.

Tu hijo se aleja de ti.

 

Por muy mal que se porte, no le pegues a tu hijo

Debes estar consciente de cuáles son tus dificultades para educar a tu hijo y ten en mente que tu hijo es tu espejo, si ve que mamá y papá pelean, golpean, gritan… él también lo hará.

  1. Encuentra el equilibrio entre ser un papá amoroso y estricto.
  2. Sé más democrático.
  3. Incluye a tu hijo en las decisiones familiares.
  4. Participen en pareja en la educación de su hijo.
  5. Explícale a tu hijo qué quieres y por qué de buena forma, sin gritos ni groserías.
  6. Observa a tu hijo. Toma en cuenta el tiempo que emplea en hacer travesuras, tal vez sea una evidencia de que lo dejas mucho tiempo solo y su conducta es respuesta a tu descuido o falta de atención.
  7. Dile un “no” firme, sin discursos.
  8. Explícale con calma, lo que no debe hacer.
  9. Que en tu casa exista un equilibrio, que no todo sea “no” pero tampoco todo “sí”, pon límites.
  10. Si algo no queda claro, explica a tu hijo varias veces pero no toleres insultos o violencia entre hermanos.
  11. Busca la forma de comunicarte con tu hijo, escúchalo, hazle saber que es importante para ti el saber cómo se siente.

Adelantarte a un berrinche te salvará de caer en golpes y gritos derivados de perder la paciencia.