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Ciudad hondureña se llena de color y sabor en festivales de pintura y comida

EFE | 26/04/2019 | 11:36

El pequeño municipio de Cantarranas, cercano a Tegucigalpa, cerrará abril con un ambiente de color, sabor y el arte de la escultura en piedra, para lo que espera a miles de nacionales y extranjeros este sábado y domingo.
 
Con una historia que se remonta hacia 1666, cuando fue fundado, Cantarranas, elevada a ciudad en 1934, celebrará durante dos días su XXIV Festival de alimentos y juegos tradicionales", el III Guancasco de muralismo de los pueblos del mundo en Honduras y el I Simposio Internacional de Escultura en Piedra.
 
"El festival gastronómico nace con la idea de fortalecer la identidad y el interés de las señoras de 70 y 80 años, con las que nos reunimos para sentir y ver cómo solucionar el hecho de que muchas de las comidas que ellas guardaban en su memoria, las recetas se pudieran conservar", dijo a Efe el presidente del Consejo Local de Cultura de Cantarranas, Edilberto Borjas.
 
Natural de Cantarranas, Borjas, explicó que aquella reunión derivó en la idea de hacer el primer festival gastronómico para que las mujeres mayores pudieran mostrar sus recetas a través de platos que podían ofrecer a la gente que llegara a esa población.
 
"Así nació en 1995 el Primer festival de alimentos y juegos tradicionales en vías de extinción, que tiene como fin fortalecer la identidad de la gastronomía y los juegos tradicionales", añadió.
 
Entre los platos criollos sobresalen el nacarigüe (carne en sopa, en nahuatl); sopas de gallina, res, fríjoles, pescado; capirotadas, mondongo, arroz de maíz, chanfaina (guiso de vísceras), tamales, lengua en salsa, albóndigas, salpicón, enchiladas, "pastelitos de perro" (tortilla de maíz doblada rellena con patata), yuca con chicharrón y enchiladas, entre otros.
 
Cantarranas también ofrece una amplia variedad de dulces, panes y bebidas como rosquillas y calabaza en miel; encocadas, nuéganos, melcochas, zapotillos, alfajores hechos con masa y miel; semitas, totopostes y quesadillas; chicha, atol de elote, horchata y zumos de frutas de temporada.
 
En uno de esos festivales, según dijo Borjas, se inspiró el cantautor Guillermo Anderson, fallecido en 2016, para componer la canción "El encarguito", que habla de un hondureño que viaja a EE.UU. cargado de comidas y postres para familiares suyos en ese país, abogando porque "ojalá pasen la aduana y que no anden con papadas" (trabas para introducir los productos nostálgicos).
 
Cantarranas también se ha convertido en el pueblo con murales al aire libre que adornan las paredes de edificios públicos y privados, lo mismo que casas particulares, actividad que iniciaron en 2010 a través de un programa conjunto.
 
Pero fue en 2017, a iniciativa del artista nacional Javier Espinal, quien llegó con un proyecto a Cantarranas y lo presentó a los miembros del Consejo Local de Cultura. Estos lo plantearon a las autoridades municipales sugiriendo que se aprobara.
 
"La Corporación se dio cuenta que invertir en arte y cultura era la mejor inversión que la municipalidad podía hacer y aceptaron el proyecto e iniciamos el Primer guancasco de muralismo de pueblos en el mundo en 2017", subrayó Borjas.
 
El tercer guancasco (encuentro) de muralismo ha tenido afanados en las últimas semanas a artistas nacionales y extranjeros pintando en las paredes y muros de Cantarranas, que han hecho del pueblo un rincón mágico de hermoso colorido, con obras que muestran el paisaje, la flora y fauna de Honduras, y a reconocidos poetas y escritores nacionales, entre otros motivos.
 
Hasta esta semana Cantarranas tenía 54 murales pintados por artistas hondureños, argentinos, colombianos, centroamericanos y mexicanos, que se han sumado para hacer del pueblo la galería de arte al aire libre más grande de Honduras. Con el tercer guancasco de muralismo las obras llegarán a 100.
 
Entre los reconocidos pintores que se han sumado al tercer guancasco muralista figura César Milla, quien dijo a Efe que les convocaron para colaborar y que esta es su primera participación en Cantarranas, en un mural de 26 metros de ancho por cuatro de alto, con tres obras distintas. Las otras dos son unas orquídeas de Vinci Guerra y un violinista con sombrero junto a unos cartuchos blancos, de Sergio Martínez.
 
En la víspera, Milla, quien pinta un figurativo mágico, estaba terminando sus "tres madonas", de las que normalmente trabaja en lienzos con pueblos propios de la región de Cantarranas como Valle de Ángeles -donde reside-, San Juancito y Santa Lucía, entre otros.
 
"Esta experiencia nosotros ya la habíamos tenido en la isla de Cerdeña, allá tienen pintados más de 200 murales, cuando venimos para acá quisimos instalarlo en San Pedro Sula (norte), y Valle de Ángeles. Cantarranas ha sido el primer pueblo en el patrocinio para que se elaboraran los murales, el arte de la calle", indicó Milla.
 
Adonay Navarro, Darío Rivera, Sergio Martínez, Katty Munguía y Antonio Guerra, entre otros, también han pintado en Cantarranas.
 
La novedad de Cantarranas el domingo será la inauguración del "Primer Simposio Internacional de Escultura en Piedra", con catorce obras, diez de artistas hondureños de la Escuela Nacional de Bellas Artes, dos italianos, un guatemalteco y un salvadoreño.