Plano Informativo | 19/04/2019 | 00:21
Con pasión y fervor, integrantes del grupo de Teatro del Barrio de San Juan de Guadalupe, se preparan para una vez más hacer llorar a los asistentes, recreando las principales escenas de los últimos días de Jesucristo en la tierra.
Este 2019, la tradicional puesta en escena cumplirá 58 años contando la historia de la llegada de Jesús a Jerusalén, la última cena, el lavatorio de pies a los discípulos, la pasión de Cristo, su muerte y resurrección.
Los actores que tienen más de 20 años participando en las representaciones de Semana Santa, reconocieron que este es un momento para conectarse con Dios pues gracias a él, han encontrado una pasión en el arte, alejada de la delincuencia y la drogadicción.
La preparación de estas representaciones bíblicas, tomó más de tres meses e incluso para el papel de Jesucristo, los aspirantes tuvieron que pasar por un casting exhaustivo y exigente.
Más de 70 actores estarán sobre el escenario y nuevamente harán llorar a los asistentes, provocando emociones y llevándolos a la reflexión.
El domingo inició la representación con la llegada de Jesús a Jerusalén en el tradicional “Domingo de Ramos”, esta tarde se llevará a cabo el lavatoriode pies y la última cena y el viernes será el momento más emotivo de toda la Semana Santa, la muerte de Jesucristo y todo el sufrimiento que tuvo que soportar para llegar a El Calvario, también conocido como el Gólgota.
Miguel Ángel personificará a Cristo
En este 2019 será Miguel Ángel Zavala Pérez, de 31 años de edad, quien interprete a Jesucristo en la escenificación de la Pasión de Cristo en San Juan de Guadalupe.
Zavala Pérez se integró al Taller de Teatro de la iglesia hace seis años, pero no fue sino hasta este año cuando lo aceptaron para interpretar a Jesús, para lo que en enero empezó la preparación física que incluye sesiones de latigazos para no claudicar durante la representación.
La preparación espiritual incluye acudir cada domingo a misa acompañado de su familia, confesarse y comulgar y tratar de estar más cerca de Dios.
Miguel Ángel asegura que a pesar de vivir en una de las colonias más peligrosas de la capital potosina y con más mala fama, la Santa Fé, él nunca ha consumido drogas ni ha cometido delitos, por lo que tampoco ha estado en prisión.