El deterioro de la situación humanitaria en Níger ha adquirido proporciones inquietantes desde el comienzo de 2019 debido al recrudecimiento de los ataques del grupo yihadista Boko Haram, según alertó la oficina local de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Niamey.
Según dijeron a Efe fuentes de la ONG en Niamey, "en solo cuatro días" treinta civiles perdieron su vida, otro número indeterminado fueron heridos y cerca de 380 casas fueron incendiadas o destruidas.
"Lo que nos pasó fue un shock, hemos perdido a padres, niños y bienes personales. Tengo pesadillas todas las noches, yo mismo tuve que recoger el cadáver de mi padre quemado. Mis hijos están traumatizados y no pueden dormir", relató a MSF un superviviente de los ataques que vive ahora como refugiado en N'Guiguimi, en el sur de Níger.
Además, la crisis de seguridad se agravará en los próximos meses con el descenso gradual del nivel de las aguas del río Komadugu Yobe, un afluente del lago Chad que sirve de frontera natural entre Níger y Nigeria.
El representante de Médicos Sin Fronteras en Níger, Francisco Otero y Villar explicó a Efe que la crisis humanitaria se intensificará en el país en las próximas semanas.
"La situación es mucho más complicada ahora para la población civil debido al carácter periódico de los ataques del grupo yihadista desde el mes de enero", alertó Otero y Villar.
El responsable de MSF explicó que en la región de Diffa la ONG ofrece asistencia en formación sanitaria en el hospital del distrito de N'Guimi, y en otros centros sanitarios de la zona.
Ante la magnitud de la crisis de seguridad en la región, Otero y Villar subrayó que "las necesidades de MSF se estiman en 4,2 millones de euros para poder cubrir todas las actividades" que la ONG ha programado a nivel nacional.
Diffa, zona agrícola y pesquera en el sureste de Níger, es escenario de ataques casi cotidianos de Boko Haram. El miércoles pasado, dos militares murieron tras un ataque terrorista contra un campo de la Gendarmería en la región.
En vísperas de este ataque, el activista de derechos humanos y jefe del poblado Toumour, Hammadou Boulama Tcherno, escapó a la muerte después de que un grupo de combatientes armados fueran a buscarle a su casa, y al no encontrarle mataron a su sobrino.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios informó de que solo en el mes de marzo unos 88 civiles murieron, muchos bienes fueron destrozados y miles de personas son ahora desplazados internos a causa del recrudecimiento de los ataques yihadistas en esta región del sudeste del país.
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