Una de las opciones más viables para rescatar el Rastro Tipo Inspección Federal (TIF), un proyecto fallido no de una sino de varias administraciones municipales, es concesionándolo a un particular, dijo Moisés Braulio García Martínez, profesor e investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).
El economista señaló que si un particular se hace cargo de este elefante blanco, podría operarse sin tener que depender de la voluntad política e inversión del Ayuntamiento de la capital.
Consideró que esta opción no es una privatización, ya que la diferencia radica en que el contrato es por un tiempo determinado.
Concesionar no es donar
“Eso es un gran mito, porque cuando lo que tienes es una concesión, lo que haces es que un particular opera por un tiempo determinado un bien público, no se le estaría donando o vendiendo a los particulares, se lo estás concesionando y a cambio de esa prestación del rastro, el ente de gobierno podrá recuperar la inversión, yo no lo veo como algo malo, lo que sí es que tendría que ser un proceso legal y transparente”.
Una inversión del tamaño del Rastro TIF no sólo consiste en “montar los fierros”, también consiste en operarlo, requiere un capital de trabajo y un mantenimiento, algo que no han logrado implementar las últimas cuatro administraciones: “Con la concesión, un particular asumiría el riesgo y los costos de operación del rastro”.
Rastro TIF abriría la puerta de mercados de Asia y Europa
Las afectaciones de la inactividad del Rastro TIF no sólo se configura en la limitación de exportación de los productos cárnicos hacia países de Asia y Europa, también representa costos elevados para los consumidores finales.
O pagan una cantidad elevada por la carne o se arriesgan a consumir algo de dudosa calidad.
“No se podría decir que es de baja calidad, lo que cambiaría es la certidumbre de que sea una carne sana”, dijo el experto en finanzas.
Dejamos la obra al 95%: Octavio
Octavio Pedroza Gaitán, expresidente municipal de San Luis Potosí, señaló que durante su administración, el Rastro TIF quedó en un 95 por ciento y únicamente le faltaron obras complementarias como remozamiento de un camino, una planta tratadora de residuos, que estaba incluida en el proyecto integral; y el área de oficinas para los introductores.
“Toda la instalación tanto en obra civil como en equipamiento, estaba plenamente lista y entregada, lamentablemente las administraciones que nos sucedieron no consideraron probablemente importante esta obra y no terminaron”.
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