Los presidentes de Chile, Colombia, Argentina, Brasil, Ecuador, Perú y Paraguay anunciaron la creación de Prosur, un nuevo bloque regional que pretende remplazar a Unasur, y del que está excluido Venezuela, en la mira de los gobiernos conservadores que sustentan esta iniciativa.
La declaración final fue firmada por los siete mandatarios que asistieron a la cumbre, más un representante de Guyana. Uruguay y Bolivia, que enviaron a los vicecancilleres a la cita, no la suscribieron.
El Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur) surge con la voluntad de “renovar y fortalecer” la integración sudamericana, atomizada de organismos regionales y despejarla de cargas ideológicas, se lee en la declaración firmada.
El presidente chileno, Sebastián Piñera, quien junto con su homólogo colombiano, Iván Duque, encabezaron la iniciativa, afirmó que Chile liderará el proceso del Prosur durante su primer año para luego transferirle la batuta por un tiempo establecido a Paraguay, y serán los ministros de Relaciones Exteriores de cada país los encargados de implementar el Prosur durante este tiempo.
“Damos inicio al proceso de creación de Prosur”, dijo el mandatario conservador. “Va a ser un foro que va a tener un firme y claro compromiso con la democracia, con las libertades y con el respeto a los derechos humanos”, añadió.
Requisitos que, según manifestó el mandatario chileno días atrás, no cumple el gobierno venezolano de Nicolás Maduro, circunstancia por la que no fue invitado a formar parte del Prosur.
El presidente paraguayo, Mario Abdo, afirmó en su cuenta de Twitter que su país organizará la próxima cumbre de la iniciativa.
La declaración de Santiago, que otorga carta fundacional al Prosur, no hace mención alguna a la crisis de Venezuela, pero durante las conversaciones que mantuvieron las autoridades reunidas se denunció que el presidente venezolano intenta desestabilizar la democracia en la región.
El documento fija importancia en materias como infraestructura, energía, salud, defensa, seguridad y combate al crimen, prevención y manejo de desastres naturales, buscando insertar a la región “de forma eficiente en la cuarta revolución industrial y la sociedad del conocimiento y la información”.
El Prosur aspira a tener “reglas de funcionamiento claras” y “un mecanismo ágil de toma de decisiones” que permita alcanzar “entendimientos y programas concretos”, según se desprende de su documento.
La nueva alianza se forja con el apoyo mayoritario de gobiernos de centro y de derecha de la región, y sin la firma, por ahora, de los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y Uruguay, Tabaré Vázquez, referentes de la izquierda sudamericana.
El gobierno boliviano ha sostenido en los últimos meses que la Unasur está “plenamente vigente”, pese al abandono de siete de sus miembros y a que la sede de su Secretaría General esté vacante desde 2017.
Vázquez, por separado, advirtió del peligro de fundar un nuevo organismo regional que pudiera verse sesgado por un determinado perfil ideológico, así como por la ya abultada cantidad de organismos de integración que existen.
Para muchos analistas, la exclusión de Venezuela es el principal motor de Prosur. “No veo este foro como un grupo que se dedica a discutir sobre el bienestar de América Latina, lo veo como grupo cuya primera intención es sacar a Maduro del poder”, dijo la analista de la Universidad de Talca, Mauricio Morales.
Otros ven el posible fin del Unasur. “Probablemente no hay un acuerdo sobre qué hacer con Unasur y eso es una de las principales dificultades de Prosur, que se plantea como una institución que va a suplantar a Unasur cuando todavía éste existe”, explicó Pamela Figueroa, de la Universidad de Santiago.
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