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Joven de 22 años fue al hospital por un cólico menstrual y salió con un bebé

Agencias | 16/03/2019 | 07:21

Ally Opfer, de 22 años, de Cleveland trabajaba como entrenadora de un equipo de porristas en secundaria dando giros, vueltas, brincando y corriendo de aquí para allá. Un día, comenzó a sentir un dolor, que atribuyó a los cólicos menstruales.
 
Después de varias horas en posición fetal para tratar de disminuir la molestia, decidió ir al hospital. Su sorpresa fue mayúscula porque, no se trataban de cólicos normales. Estaba embarazada, pero no solo eso, había entrado en labor de parto.
 
“Me sentí totalmente normal, incluso di vueltas y giros normales hasta la última semana que tuve a mi bebé. Tenía mucha energía. Cuando comenzó mi trabajo de parto, pensé que el dolor eran cólicos menstruales, pero se pusieron tan mal que supe que algo grave sucedía. El médico de urgencias que me examinó inicialmente pensó que eran cálculos renales. No descubrieron que estaba a punto de tener un bebé hasta que me hicieron una ecografía para ver qué tan grandes eran los cálculos renales y encontraron a mi hijo”, explicó Ally al sitio Popsugar.
 
Eso fue en 2016. Hoy su pequeño Oliver tiene dos años y su mamá ha contado su historia a varios medios de comunicación: “No tenía ningún síntoma, me sentía completamente normal, no subí de peso, nunca tuve náuseas, ni cansancio, NADA. Me sentí aterrada, yo no estaba preparada para ser mamá y mucho menos para dar a luz”, explicó a la revista People.
 
Opfer tenía aproximadamente 38 semanas de embarazo y 10 centímetros de dilatación. Con el ultrasonido los médicos se dieron cuenta de que el bebé no estaba en la posición adecuada, así que le hicieron una cesárea de emergencia pues su presión sanguínea se elevó rápidamente y corría riesgo de perder la vida.
 
“Después del ultrasonido diez personas fueron a mi habitación a preguntarme si había estado embarazada. Les dije que no. Mis pruebas salieron negativas. Cuando me sacaron sangre dijeron que los glóbulos blancos estaban elevados, por eso pensaron que eran cálculos renales (piedras en el riñón)”, relató
 
Mientras yacía en la mesa de la sala de operaciones esperando una cesárea, pensó que “no hay manera de que me saquen un bebé”. Entonces lo oyó llorar.
 
“Siempre quise ser madre, amo los bebés, una vez que pasó el shock me emocioné muchísimo. Realmente fue impactante, estaba aterrada. Hoy estoy muy feliz con Oliver. Nació el 23 de diciembre de 2016. Es el primer nieto de mis padres y el primer niño (varón) en la familia en 43 años”, explicó Ally.