HE RECIBIDO UN VIDEO vergonzoso para quienes vivimos del periodismo. El diputado Mario Lárraga Delgado, representante del Distrito 13 con cabecera en Tamuín, al que se agregan Coxcatlán y San Antonio, municipios huastecos, es increpado por un sujeto que le exige “repetir que nada tiene que ver con el problema del agua en Cedral” -municipio fuera de su distrito electoral, aunque presumo que el legislador forma parte de la Comisión del Agua Potable del Congreso- con una actitud que es verdaderamente vergonzosa para el ejercicio periodístico.
NO ES NUEVO EN EL OFICIO encontrarse con individuos que -con credencial o sin ella- asumen actitudes de prepotencia y hasta groseras bajo el escudo de una libertad mal entendida y exhibiendo su absoluta ignorancia sobre el periodismo y su ejercicio. Lo que es nuevo es la irrupción de numerosos jóvenes que desean incursionar en el mundo de la información, teniendo como plataforma uno o varios portales de internet cuya existencia no es garantía de una penetración importante ni su tendencia es específica.
PESE A LOS RIESGOS DE CASOS como el que me ocupa, no es recomendable su regulación y menos su desaparición. Ignoro cuántos haya ahora en el estado porque algunos amanecen y no anochecen. La sobrevivencia de los portales informativos es dependiente de su ingreso y de que sean costeables. En general sostengo que el ejercicio profesional del periodismo garantiza su permanencia y su presencia en el área que pretende cubrir.
PERO MÁS ALLÁ DE LOS ASUNTOS financieros que luego son complicados, el periodismo, como todas las profesiones existentes en el mundo entero, debe ejercerse en un clima de respeto y de decoro. Es muy lamentable que un periodista sea agredido, como frecuentemente ocurre en nuestro país, pero es más lamentable que subsistan individuos que agreden sin razón al personaje que tienen enfrente solo porque no desea contestar una pregunta. Es el caso del diputado en cuestión, cuya conducta personal puede no ser honorable, pero que como funcionario representante popular merece respeto.
LOS PERIODISTAS SOMOS profundamente individualistas. La competencia por ganar la información a los demás nos impide formar congregación. La convivencia y el trabajo en grupo ha sido producto de varios factores. Sin embargo, cada quien realiza su tarea con enfoque y criterio distinto. Para decirlo más entendible: cada quien tiene su forma de matar pulgas.
LA AGRESIÓN ABIERTA Y provocadora al entrevistado no puede ser un estilo de trabajo. Forma parte de lo condenable en nuestro medio. Si quien se excedió con el legislador -me dicen que se llama Gamaliel- es capaz de sentir vergüenza, entonces debiera buscar el consejo de sus compañeros y aprender de la práctica cotidiana de los profesionales. Entre tanto, digo, pudiera ser que alguien del medio oficial se interese en la organización de algún taller de periodismo para capacitar a quienes conservan la vocación de informar superando sus limitaciones.
ABRAMOS EL ABANICO DE LAS posibilidades y veamos con claridad el panorama que está frente a nosotros. Abordemos todos los asuntos sin más limitación que nuestra inteligencia clara y honesta. Profundicemos en los problemas de nuestro entorno pero consultemos a los expertos para entenderlos, para enfocarlos y expresemos sin miedo nuestros puntos de vista. Alimentemos la esperanza del informado sin desahogos personales ni exigencias desmesurada. Sea pues.
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