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Sánchez podría convertirse en el jefe de gobierno más efímero de España

Notimex | 13/03/2019 | 13:27

A menos de nueve meses de llegar al gobierno de España, el socialista Pedro Sánchez, debió convocar elecciones presidenciales y legislativas anticipadas para el 28 de abril tras el rechazo de su propuesta presupuestaria 2019, lo que hizo aflorar las divisiones políticas del país.

De perder esos comicios, Sánchez se convertiría en el gobernante más breve desde el fin de la dictadura de Francisco Franco, considerando que Mariano Rajoy estuvo siete años en el cargo, mismos que el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, mientras José María Aznar permaneció ocho años y Felipe González 14.

Las elecciones de abril próximo serán las terceras en menos de cuatro años en España, tras las de diciembre de 2015 y junio de 2016, debido a que la aparición de nuevos partidos ha generado mayor fragmentación parlamentaria, lo que complica la conformación de mayorías estables de gobierno.

Hasta las elecciones generales de 2015 la política española se caracterizaba por contar con dos grandes partidos: el Partido Popular (PP) que dominaba el espacio que iba desde el centro a la derecha, y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), del centro a la izquierda.

La hegemonía de las grandes formaciones permitía constituir gobiernos estables, bien mediante acuerdos puntuales con alguna de las fuerzas pequeñas o bien por lograr mayorías absolutas.

No obstante, las elecciones de 2015 vinieron a modificar ese panorama, al verse mermado el poder electoral del PP y el PSOE, e irrumpir con fuerza las formaciones Ciudadanos y Podemos.

Ahora, las elecciones de abril pueden terminar por destruir definitivamente este sistema, ya que darán lugar al mayor grado de fragmentación del voto, y de forma consecuente en la composición y en el funcionamiento del Parlamento y del próximo gobierno.

Sánchez, quien ya estaba bajo presión dentro de su propio partido socialista para reducir su Presidencia, perdió el débil respaldo legislativo con que contaba el mes pasado luego que los separatistas catalanes se unieron a legisladores de oposición para rechazar su propuesta presupuestaria para 2019.

Sin embargo, eso no ha sido el único obstáculo en sus poco más de nueve meses en el gobierno, pues también sufrió un revés electoral en Andalucia.

Además, su partido PSOE fracasó en los comicios autonómicos y perdió el gobierno regional a manos de la derecha conformada por el PP y Ciudadanos, pero reforzada por el ultraderechista Vox que ingresó por primera vez en el Parlamento local.

Finalmente, perdió el apoyo de parte de su coalición, coincidiendo con la apertura del juicio a 12 líderes independentistas.

Los partidos secesionistas, que había apoyado al gobierno de minoría de Sánchez, lo emplazaron a celebrar un referéndum de autodeterminación de Cataluña y a interceder por los secesionistas procesados.

Ahora Sánchez enfrenta el desafío de alcanzar la mayoría de los escaños en las elecciones y aunque su partido se perfila como claro ganador con cerca de 150 escaños en el Congreso, 21 más de los que tiene en la actualidad, no obtendría la mayoría, aunque pacte con Unidos Podemos (izquierda).

Por el contario, la mayoría estaría al alcance del PP, Ciudadanos y los ultraconservadores de Vox, según recientes encuestas, pero en caso de que la derecha pierda la oportunidad de quedarse con la mayoría, el PSOE podría negociar con los partidos más pequeños, incluidos los catalanes.

Sánchez llegó a la jefatura del Ejecutivo el 1 de junio de 2018, cuando ganó una moción de censura contra el anterior jefe del gobierno, el conservador Mariano Rajoy, con el voto de socialistas, Unidos Podemos, los nacionalistas vascos y los independentistas catalanes.

Los comicios adelantados en España tendrán lugar un mes antes de las elecciones en el Parlamento Europeo (órgano Legislativo de la Unión Europea), en las que se elegirán los 705 miembros de la Eurocámara, en un proceso que podría ser de los primeros sin la presencia del Reino Unido, debido al Brexit.