Los precios al público de la gasolina Magna no se redujeron ayer, pese a la acción del gobierno federal del lunes de aumentar el estímulo fiscal a dicho combustible y cambiar su aplicación, ahora sobre el precio al mayoreo y no sobre el de venta al menudeo.
De acuerdo con el portal Petrointelligence, que monitorea los precios al público en todo el país, el promedio nacional del combustible cotizó ayer en 19.895 pesos litro, 0.2 centavos mayor al registrado el 11 de marzo.
También en un ejercicio realizado por Excélsior en cinco gasolinerías de la Ciudad de México a partir de datos de la Comisión Reguladora de Energía, se constató que el precio de la Magna no sólo no se redujo, sino que incluso en algunas estaciones de servicio se incrementó.
Así, el precio se mantuvo constante en dos de ellas (20.61 pesos por litro en una de la alcaldía Cuauhtémoc y en 20.69 pesos en una de Milpa Alta), en dos de ellas aumentó 10 centavos (de 20.69 a 20.79 pesos en una de Álvaro Obregón y de 20.59 a 20.69 pesos una de Benito Juárez), y en la restante de Coyoacán el aumento fue de 20 centavos (de 20.49 a 20.69 pesos por litro).
Alejandro Limón, investigador de Energía y Finanzas Públicas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), explicó en entrevista con Excélsior que el cambio en la aplicación del estímulo al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) de combustibles es insuficiente para bajar los precios al público.
Comentó que el objetivo es atacar las fuentes de volatilidad del precio en el país (cotización del crudo y el tipo de cambio) directamente en las Terminales de Almacenamiento y Reparto (TAR), con el fin de que los gasolineros tengan un menor precio al mayoreo.
Ante esto, dijo que “antes, el estímulo se aplicaba sobre el precio final, y si el gobierno bajaba el IEPS, el empresario gasolinero no necesariamente bajaba el precio y se podía quedar con ese margen de reducción. Ahora, lo que va a pasar es que el gasolinero va a comprar más barato al mayoreo porque el estímulo se va a aplicar al precio al mayoreo, y se esperaría que con esto también baje su margen de ganancia y por tanto el precio al público, pero la pregunta es cómo se va a garantizar que esto ocurra, si el gobierno no puede fijar precios”.
Alejandro Limón expresó que para reducir los precios en un contexto en que el gobierno no controla los precios finales, hacen falta medidas más estructurales, como ampliar el número de gasolinerías y con ello aumentar la competencia, además de evitar comportamientos monopólicos para no fijar precios en distintas zonas o regiones.
Aquí esperaríamos anuncios más concretos no sólo de Hacienda, sino también de la Comisión Reguladora de Energía o de la Comisión Federal de Competencia Económica. Solamente una buena política industrial que fomente la competencia y regule los mercados son la única forma en que puedan bajar los precios de forma estructural, pero sus resultados son más a mediano y largo plazos, es decir de 2 a 4 años, o incluso más”.
Por lo anterior, el especialista del CIEP dijo que todo indica que la política de estímulos del IEPS de combustibles seguirá teniendo un impacto limitado en el precio al público, tal como ha venido ocurriendo desde la liberación de precios en noviembre de 2017.
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