"El poder aturde a los inteligentes y vuelve locos a los tontos". Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, repite este adagio a menudo, como un reproche a los políticos que prometen mucho y logran poco.
El 4 de marzo volvió a tuitear la frase para demostrar que el poder no lo ha sorprendido ni enloquecido, y que mantendrá su promesa de transformar México, destacó The Economist.
La publicación británica indicó que López Obrador, o AMLO, como se le conoce, ha comenzado por dar más dinero directamente a las personas. Su gobierno ha duplicado los beneficios de pensión y ha hecho que más personas sean elegibles para ellos. Los funcionarios tienen prohibido canalizar dinero a través de intermediarios.
Ahora todo el apoyo del gobierno "se entregará directamente a los beneficiarios". Esto tiene una recompensa política. "Los votantes dirán: 'AMLO me dio este dinero'", señaló el economista Luis de la Calle.
La revista dijo que parecer generoso mantendrá su popularidad solo si mantiene otras promesas, especialmente para reducir el crimen y la corrupción, y mantener la economía fuerte.
A más de tres cuartos de los mexicanos les gusta lo que ven. Casi 100 días en el cargo, AMLO es más popular que cualquier Presidente en esa etapa, excepto Vicente Fox, en 2001. Aunque AMLO está restringido a un mandato de seis años, espera que su Movimiento de izquierda Para la Regeneración Nacional (Morena) estará en el poder durante mucho más tiempo.
Su plan para lograr esto implica restaurar al Estado a su posición anterior como principal asegurador del bienestar de los mexicanos. Los presidentes más recientes pensaron que una de sus funciones era crear condiciones para que las empresas y los grupos de la sociedad civil brinden prosperidad y bienestar.
Bajo AMLO, el Estado tomará la iniciativa y el crédito. Sin embargo, debe conciliar esa ambición con la necesidad de contener el gasto y evitar los déficits presupuestarios.
El estatismo de AMLO no excluye la cooperación con el sector privado. Muchos de los proyectos de infraestructura que él planea, como el Tren Maya, que necesitará financiación privada o extranjera. Pero nadie dudará que el tren viene de él.
Pero la publicación señaló que la mayor amenaza para su popularidad es la economía. El Banco de México revisó su proyección de crecimiento del PIB para este año, del 2.2 al 1.6 por ciento.
Mencionó que AMLO no logró convencer a los inversionistas de que resolverá los problemas de Pemex, que tiene una deuda alarmantemente alta. Eso pone en riesgo la calificación crediticia de grado de inversión de México.
Además, una recesión en Estados Unidos el próximo año, que algunos analistas consideran probable, podría causar una en México. Eso supondría problemas para un Presidente que necesita crecimiento para pagar sus programas sociales.
Pero por ahora, millones de mexicanos aplauden la ganancia inesperada, y al Presidente, como él espera, indicó la revista británica.
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